Demon Slayer: El viaje silencioso

35 Destructor de demonios

[El punto de vista de Seiji]

"Prefiero ver a un cerdo tratando de trepar a un árbol".

"¡Mira hacia otro lado entonces, nadie te está obligando a mirarme!" Shinobu dijo como lo hizo... lo que sea que estuviera haciendo con su espada.

Se movió con la gracia de una pluma, pero estaba claro que la espada era demasiado pesada para ella. El acero en su mano desequilibraba toda su postura. Fue una vista horrible de ver.

"¿No puedes volver a practicar con una espada de madera?" Pregunté, mi voz era esperanzadora.

Shinobu no era de ninguna manera una chica débil, era simplemente normal mientras estaba rodeada de monstruos de la naturaleza. Tenía la fuerza que esperarías que tuviera una niña de 13 años.

Ella podría coger la espada y balancearla - un civil ni siquiera notará el problema. Pero con un ojo entrenado, podías ver que la espada era pesada para ella. No era lo suficientemente fuerte como para balancear su espada, y mucho menos cortar una cabeza.

Ella simplemente no estaba destinada a ser una espadachín.

"¿Por qué no practicas con una espada de madera?", dijo mientras realizaba movimientos similares a los de su hermana. "¡¡DEJA DE MIRARME!!"

Sinceramente, ojalá pudiera. Pero al verla tratar de balancear la espada en vano, sabía que había una gran posibilidad de que pudiera hacerse daño.

Mis ojos estaban fijos en su figura mientras practicaba. Pude predecir cuándo y dónde iba a tener lugar un accidente leyendo su cuerpo y la espada en su mano.

En poco tiempo, se demostró que tenía razón mientras la katana volaba de su delgado dedo. Irrumpí en acción, usando el concepto de Thunder Breathing, cubrí la distancia en un instante.

También me estaba moviendo antes de que realmente sucediera, así que estaba justo a tiempo para atrapar la espada antes de que cayera sobre ella y rozar su pálida pierna.

"....."

"...."

Se sonrojó y miró hacia otro lado.

"Gracias". Sabía que no sonaba por la falta de aire que salía de su boca, pero podía leer sus labios.

"De nada".

"¿Me escucharías ahora?" Pregunté.

Ella frunció los labios y sus grandes ojos redondos me miraron. No tenían pupilas y parecían los ojos de un insecto, pero era hermoso.

"No. Creo que esta es una gran oportunidad para que dé todo lo que tengo, sabiendo que me salvarás si meto la pata", dijo bajo mis ojos llenos de incredulidad.

"Me llevaré esto~", dijo ella y me quitó la espada de la mano. Se me escapó para poder seguir practicando por su cuenta.

Suspiré.

La observé desde una distancia cercana, tratando de aconsejarla lo mejor que pude mientras también la salvaba cuando metía la pata.

Pasó una hora y no pude aguantar más. Sabía que debía dejar que ella encontrara su propio camino, pero era insoportable.

Había algo desencadenante en ver a alguien que sabía que sería increíble, desviado de su camino. La mayoría de la gente no lo entendería, ya que la mayoría de la gente no tenía ojos como los míos.

Lo más parecido con lo que pude compararlo fue ver a alguien comer un burrito desde el medio. Simplemente no se suponía que lo hicieras así.

Así que dije: "Te estás esforzando demasiado por ser como tu hermana".