Era otra linda mañana en la ciudad forestal. Dobie miraba hacia el horizonte desde el pequeño parque del vecindario. Era una mañana tranquila, y el café local había sacado unas mesas al aire libre, creando el escenario perfecto para una reunión casual. A lo lejos, reconoció la silueta del Sheriff Labrador acercándose con su característico andar confiado.
Dobie sonrió suavemente, observando cómo el Sheriff se detenía frente al café para pedir algo en el mostrador. Sin embargo, apenas había entrado, Papillon se acercó a Dobie y lo saludó con un tono amistoso.
—¡Dobie! ¡No esperaba verte por aquí tan temprano! —dijo Papillon, moviendo sus largas orejas con un aire entusiasta.
—Oh, sí. Es que... Bueno, iba a encontrarme con alguien —contestó Dobie, mirando de reojo hacia el café, donde el Sheriff aún estaba hablando con la barista. No quería sonar descortés, pero esperaba que Papillon entendiera la indirecta.
Papillon, sin embargo, parecía no captar el mensaje y se acomodó a su lado, sacando su teléfono para mostrarle algo.
—Mira, ¡Quiero platicar sobre mi nuevo invento, esto revoluciónara la tecnología de la ciudad por completo!
Justo en ese momento, el Sheriff Labrador salió del café, café en mano, y alzó la vista. Se quedó paralizado al ver a Dobie y a Papillon juntos, hablando y riendo. Apretó la mandíbula y su mirada se endureció ligeramente.
"No me había dicho que se encontraría con papillon", pensó el Sheriff, sintiendo una punzada de celos que lo sorprendió. Él y Dobie se veian todos los días pero nunca se atrevió ha hablar oficialmente de sus sentimientos. Sin embargo, para el Sheriff, esos encuentros significaban algo especial, y ahora no podía evitar sentir que Papillon estaba invadiendo su momento.
Dobie notó la expresión del Sheriff y le hizo un gesto para que se acercara. Sin embargo, el Sheriff se mantuvo a distancia, mirando a Papillon con una ceja alzada.
—Hola, Sheriff —dijo Dobie, intentando disimular la confusión en su voz—. ¿Todo bien?
—Sí, claro —respondió el Sheriff con voz firme, pero distante—. No sabía que tenías compañía.
Dobie frunció el ceño, pero antes de que pudiera aclarar la situación, Papillon intervino con una risita.
—Oh, señor no se preocupe. Dobie y yo solo estamos poniéndonos al día. —Papillon miró a Dobie y le guiñó un ojo amistoso—. Además, solo vine por un café y volveré a la estación, y creí que tendría tiempo para hablarle sobre mis inventos. ¿Verdad, Dobie?
Dobie abrió la boca para responder, pero el Sheriff lo interrumpió.
—No es cuestión de tiempo. Es cuestión de prioridades —dijo, clavando la mirada en Dobie con una mezcla de desafío y tristeza—. Pero está claro que ambos tienen las suyas.
Papillon miró al Sheriff, sorprendida y a la vez confundida, y luego a Dobie, como si apenas empezara a entender el malentendido.
—Un momento... —comenzó Papillon, pero el Sheriff ya estaba retrocediendo, preparándose para irse.
Dobie finalmente tomó la palabra, poniéndose de pie y caminando hacia el Sheriff.
—Espera, Sheriff. Esto no es lo que parece. No planeaba encontrarme con Papillon, solo vino a saludarme. Yo vine aquí para verte a ti.
El Sheriff lo miró, dudando, pero sus ojos empezaban a ablandarse.
—¿Para verme a mí? —repitió, con un deje de sorpresa en su voz.
Dobie asintió, y su mirada sincera finalmente disipó la tensión en los hombros del Sheriff.
—Papillon solo estaba mostrándome sus nuevo inventos —explicó Dobie, sonriendo—. Nada más. Tú eres el motivo por el que estoy aquí, Sheriff.
Papillon, entendiendo finalmente la situación, dio un paso atrás y les sonrió con una expresión traviesa.
—Bueno, parece que tengo que irme. ¡Disfruten su día, chicos! —Y, con una ligera reverencia, se despidió, dejándolos solos.
El Sheriff suspiró, ahora algo avergonzado por haber saltado a conclusiones. Dobie, notando su incomodidad, sonrió amablemente y colocó una mano en su hombro.
—No te preocupes. A veces, un poco de celos es señal de que te importa, ¿no? —bromeó Dobie.
El Sheriff sonrió por primera vez desde que llegó.
—Quizá tengas razón, Dobie. Quizá tengas razón.
Ambos se sentaron finalmente en la mesa del café, listos para disfrutar de la mañana, con un nuevo entendimiento que les hacía sentir más cercanos que nunca.
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One-shot's - Sheriff labrador x Dobie
RomansaPequeñas historias sobre está tierna pareja