La Épica de los Espíritus Heroicos(Shirou Emiya en Danmachi)

Capítulo 7: ¡Por favor, ayúdame a entrenar!

"Lo siento, lo siento. Esta vez no estaba probando armas en la familia. Solo explotó el horno mientras forjaba una espada mágica."

La mujer de cara hermosa, típica de Oriente, Tsubaki Collbrande, es una "semi-enana" nacida de un humano del Lejano Oriente y un enano del continente. Tal vez debido a su herencia humana, tiene extremidades largas y una altura de 170 cm. Los enanos generalmente tienen extremidades cortas, así que algunos enanos la envidian.

Lleva ropa de trabajo de estilo oriental, herencia de la tierra natal de su madre. Su parte inferior viste un hakama rojo brillante y su pecho está envuelto solo con un trozo de tela blanca. Tiene el cabello negro y los ojos rojos, y lleva un parche negro similar al de Hephaestus, pero cubriendo su ojo izquierdo en lugar del derecho.

Esta mujer imponente y hermosa es conocida como "El Maestro Ciclope", una aventurera de nivel 5 y líder de la familia Hephaestus. Está en la cima del gran gremio de herreros de la familia, siendo la mejor herrera de Orario.

"Espadas mágicas, eh..." Hephaestus suspiró. "¿Alguien resultó herido?"

"No te preocupes, solo explotó la mitad del taller." Tsubaki dijo despreocupadamente.

Una espada mágica tiene habilidades mágicas, permitiendo usar magia sin invocación, pero con un número limitado de usos.

Frente a Shirou estaba una mujer que resistió una explosión de un horno de espada mágica sin un rasguño. La durabilidad de nivel 5 es aterradora.

Pensándolo bien, los dos primeros enanos que Shirou conoció en este mundo, Mia y la semi-enana Tsubaki, no se parecen a lo que esperaba de los enanos. Si no hubiera visto enanos "normales" en la calle, habría tenido una impresión errónea de la raza.

... ...

"¿Es este el nuevo miembro de la familia? Qué chico guapo~"

"Es nuestra estrella futura con un potencial infinito." Hephaestus presentó a Shirou y explicó su magia [Unlimited Blade Works] a Tsubaki.

Usar magia de proyección es difícil de ocultar, y Tsubaki es una líder confiable, por lo que no había razón para ocultarlo.

"¡Qué magia tan impresionante!" exclamó Tsubaki. "Espera, ¿puede proyectar espadas mágicas?"

"Nunca lo he probado, pero creo que sí." respondió Shirou después de pensarlo.

"¿Significa que puedes tener espadas mágicas ilimitadas? ¡Eso es invencible!"

"No necesariamente. La proyección puede reducir el poder de las espadas mágicas y la magia es un problema." analizó Shirou. "Para proyectar una espada mágica que lance hechizos de fuego, necesitaría al menos la misma cantidad de magia que para lanzar ese hechizo directamente."

"Aun así, es muy impresionante." Tsubaki elogió mientras revolvía el cabello de Shirou.

Shirou pensó que probablemente era por su estatura y edad que las mujeres en este mundo siempre querían revolverle el cabello, lo que le hacía desear crecer rápidamente.

"Shirou, empieza aprendiendo a forjar con Tsubaki desde lo básico."

"No hay problema, comienza ayudándome. Por cierto, parece que ambos tenemos ascendencia oriental."

Shirou asintió: "Sí, gracias, capitana."

"¡Bien! No tengas prisa en ir a la mazmorra, tu actitud calmada es admirable," Tsubaki asintió. "Pero, capitana es demasiado formal, solo llámame Tsubaki."

Tsubaki levantó la mano: "¡Shirou, vamos, a trabajar con el chico guapo, vamos!"

"¿Empezamos ya? ¡Vamos!" Shirou se vio obligado a animarse junto a la entusiasta herrera.

... ...

"Mesera, ¡esto no es lo que pedí!" gritó un aventurero golpeando la mesa.

"¿Qué... parece ser el problema, señor... cliente?"

Ryuu se giró mecánicamente, mirando al hombre. La arrogancia y frialdad natural de los elfos se extendieron inconscientemente.

"¡Ah! No, no hay problema. Me lo comeré... o me iré."

El hombre, intimidado por el aura de Ryuu, tembló y huyó casi cayéndose.

Un aventurero de nivel 1 era demasiado débil para enfrentarse al imponente Ryuu.

"... Otra vez lo arruiné."

Con su expresión severa y el peso de su corazón, Ryuu había vuelto a asustar a un cliente. Otra vez.

Todo el día, la elfa seguía repitiendo fracasos.

La naturaleza leal de los elfos se había convertido en una carga para ella, impidiéndole ignorar el cuidado diligente de Syr y las demás. Si escapaba, mancillaría el honor de su noble raza forestal.

No podía huir, y tampoco podía resistir la fuerza de mamá Mia. Al final, solo le quedaba aceptar el trabajo.

Primero, pelar frutas y verduras. Anya intentó enseñarle, pero al tocar la mano de Ryuu, su instinto de limpieza se activó y lanzó a Anya por el aire, dañando varias frutas.

Luego, salir a comprar. Su cara seria asustó tanto al vendedor al pedir un descuento que casi le da un infarto, creyendo que estaba extorsionándolo.

Tras una serie de fallos, el resultado fue—

"Realmente eres más inútil de lo que imaginaba..." mamá Mia suspiró.

"Grr..."

Ryuu solo pudo apretar los dientes ante la "insulto" de Mia.

Esto le había pasado antes. Sus compañeros la llamaban "elfa inútil excepto en combate", aunque Ryuu nunca lo admitió.

"Así no solo no pagas la deuda, sino que aumenta."

"Grr..."

Ryuu parecía haber perdido la capacidad de hablar, solo emitiendo sonidos sin sentido.

"Por cierto, Shirou no volverá esta noche."

"¿Shirou?" Ryuu levantó la cabeza. "¿Dónde está?"

"Se unió a la familia Hephaestus. Probablemente ya lo haya conseguido."

Ryuu quedó con la boca abierta, sin saber qué decir.

Así que ese chico también se convirtió en un aventurero...

Bueno, la Familia Hephaestus es buena. Al convertirse en herrero, no debería enfrentar mucho peligro.

Pero aún así, se siente un poco solitario...

Con sentimientos encontrados en su corazón, las pruebas de Ryuu continuaban.

Esa noche, mientras Ryuu limpiaba el suelo cubierto de salsa por no haber sostenido bien el plato—

"¿Ryuu-san?"

"¡Shirou?! ¡Has vuelto!"

"Sí, le expliqué la situación a la diosa y me permitió quedarme aquí por ahora," dijo Shirou rascándose la cabeza.

Syr sonrió: "Ryuu, tus palabras suenan como las de una esposa recién casada."

¿Esposa? ¿Esposa recién casada?

Ryuu se ruborizó y, por instinto, intentó huir.

"¡Ryuu-san!" Shirou de repente le tomó la mano. Las delicadas manos de la elfa estaban frías, como nieve suave en las cálidas manos de Shirou.

Una vez más, no se apartó. Su cuerpo no resistió el contacto con Shirou.

"Ryuu-san, ¡por favor ayúdame a entrenar!"