🥀💭📚🌓📝🥀

0 0 0
                                    

Al día siguiente, Ana despertó sintiéndose más ligera, como si el simple hecho de haber compartido sus pensamientos con Clara hubiese aflojado las ataduras que la mantenían estancada. El recuerdo de la galería y de las palabras que compartieron resonaba en su mente, como un eco de posibilidades.

Decidió aprovechar la mañana para realizar un cambio, algo que no había hecho en mucho tiempo. Después de desayunar, se dirigió al espejo en su cuarto y lo observó detenidamente. Ahí estaba su reflejo, una imagen familiar pero a la vez desconocida, como si mirara a alguien con quien había perdido contacto hacía tiempo. Se preguntó qué veía en sí misma, y en ese momento, recordó las palabras de Clara en la galería: "No tienes que borrar nada para ser feliz."

Las marcas del cansancio y las pequeñas líneas de tristeza en su rostro eran evidencia de su historia, de todas las veces que había caído y, a su manera, se había levantado. Se acercó más al espejo, observando los detalles, como si pudiera encontrar respuestas en ellos.

Entonces, un impulso la llevó a tomar un pequeño cuaderno y un bolígrafo. Sentándose en la cama, comenzó a escribir, como si necesitara plasmar todo aquello que le había pesado tanto tiempo. Escribió sobre su dolor, sobre sus miedos, y también sobre sus esperanzas, aunque fueran diminutas. En ese acto, sintió que algo dentro de ella se liberaba, como si las palabras la despojaron de una capa de tristeza acumulada.

Un mensaje de Clara

Horas después, mientras revisaba su teléfono, notó un mensaje de Clara:
"¿Café esta tarde? Hoy hay una charla en una librería sobre la autenticidad y cómo aceptar nuestras sombras. Creo que te interesaría."

Ana dudó unos instantes, pensando en la idea de exponerse nuevamente, de salir y enfrentar ese tema. Sin embargo, algo dentro de ella sabía que este era otro paso en su viaje, una oportunidad para conocer algo más sobre ella misma. Así que, después de responder afirmativamente, se preparó para encontrarse con su amiga.

La charla y el despertar

La librería estaba llena de personas que, como ella, parecían buscar algo, quizás una verdad o una señal. Ana y Clara encontraron asientos cerca del frente, y pronto el conferencista, un hombre de mirada profunda y voz serena, comenzó a hablar sobre la complejidad de la vida, sobre cómo en ocasiones nos empeñamos en dividirnos en "luz" y "oscuridad", ignorando que ambas partes son esenciales para nuestra existencia.

—Es en nuestra vulnerabilidad donde radica nuestra fuerza —decía el hombre—. Cada experiencia que llevamos en nuestro interior, cada miedo y cada tristeza, es una pieza que conforma lo que somos. Dejar de lado esas partes es como intentar vivir a medias.

Ana escuchaba con atención, sintiendo que esas palabras resonaban en ella. Había pasado tanto tiempo tratando de deshacerse de sus sombras que no había notado que formaban una parte fundamental de su ser. Miró a Clara, quien le devolvió una sonrisa de complicidad. Ambas compartían un entendimiento silencioso.

Cuando la charla terminó, Ana sintió una claridad en su mente. Las sombras que la rodeaban no eran sus enemigas; eran partes de ella que necesitaban ser aceptadas, no borradas. Era como si finalmente hubiera encontrado una brecha en la armadura que se había construido, una oportunidad para reconocer sus miedos y abrazarlos, en lugar de ignorarlos.

Un paso hacia adelante

Mientras caminaban hacia el café después de la charla, Clara le preguntó suavemente:

—¿Cómo te sientes, Ana?

Ana suspiró y sonrió, sintiendo un alivio que nunca creyó posible.

—Siento… como si finalmente me diera permiso de ser quien soy, con todo lo bueno y lo malo. Como si al fin pudiera respirar.

Clara asintió, tomándole la mano y dándole un apretón de apoyo.

Esa noche, de vuelta en casa, Ana se sentó nuevamente con su cuaderno. Pero esta vez no solo escribió sobre su dolor, sino sobre las cosas pequeñas que le daban esperanza, las personas que le ofrecían un hombro en los momentos oscuros, como Clara. Cada palabra era un reflejo de su propia lucha y su camino hacia la autenticidad, y comprendió que este viaje, aunque incierto y lleno de altibajos, era el camino que debía seguir.

la búsqueda infinita de la felicidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora