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Esta vez sin trama, sólo diversión 😈🔞

(Aunque quizá sea el último 'algo más que subidito de tono' de este trabajo. No sé cómo hacen los bots y perfiles falsos, supongo que buscan ciertas palabras claves porque me están empezando a seguir desde que subí el capítulo 10 y qué mamera bloquear y bloquear, buuu).

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13. Intentando una nueva posición.

—Quédate, Nara —dijo ella, como si Shikamaru tuviese otra opción luego de escuchar esa voz suave y sugestiva que inundó directamente a través de sus tímpanos hasta alcanzar sin piedad su cerebro. Una intensa sensación se apoderó a lo largo de cada una de sus vertebras, en anticipación de sólo pensar en lo que Temari tenía en mente. En lo que ella dejaría que pasara, dejaría que él hiciera con ella.

—¿Es eso una afirmación entonces? ¿Me quieres de nuevo?

Claro que debía serlo. No estaría ella a solas con él en una pequeña oficina de la Torre Hokage justo después del horario que manejaban si no fuera porque Temari estaba interesada en seguir la vorágine de deseos en la que ambos habían caído. Y ciertamente, para él, cualquier tiempo extra que pudiera pasar a solas con una diosa como ella era un sueño hecho realidad.

Temari entonces se apoyó más sobre la mesa con la única intención de observar a Shikamaru sin desviar su mirada, exudando abrumante confianza y quizá tratando de parecer en control (lo cual ella tenía, desde luego, total y abrumante control: una palabra de ella y el juego simplemente acababa), pero Shikamaru la miró con firmeza, sin retroceder de su desafío.

(Quizá, si jugaba bien sus cartas, Temari no sería como el viento: no sería una delicia pasajera).

—Ven y date cuenta por ti mismo.

Sólo antes de dar el primer paso en su dirección, mentalmente se confirmó así mismo que había un condón en el compartimiento derecho bajo su chaqueta—relevante, no sólo para disminuir el natural caos en medio de toda actividad sexual, sino conscientemente no dejando que ese pequeño porcentaje de dejar en embarazo a la hermana del Kazekage ocurriese y por tanto ser el culpable de comenzar una incómoda tensión política entre ambas aldeas.

(Aunque eso no sería tan circunstancialmente malo, ¿cierto? Su clan siempre intercedería positivamente si había nuevas generaciones de por medio y el futuro y... Ah, mierda. Ella ya lo tenía hechizado, ¿no era verdad? ¿Haciéndolo pensar ya en niños?)

Luego se sintió tan natural como respirar—la forma en que se acercaron, manos apoderándose de alguna parte del otro, besándose y suavemente maldiciendo. Temari fue la primera en apartarse con un jadeo, mientras Shikamaru sentía cómo ella arrastraba su mano hacia arriba por la longitud de su columna hasta llevar sus dedos a agarrar su oscuro cabello, jalando del delgado elástico hasta hacerlo soltar.

—Luces bien así —dijo ella suavemente contra su boca, ambos igualándose en altura luego de que ella terminara sentada sobre el borde de la mesa con él ubicándose en medio de sus piernas, inclinándose hacia ella.

—Y tú hermosa en cualquier momento, caprichosa —decidió él por decir, sin importar si podría sonar ridículo en sus oídos o particularmente opuesto a su usual carácter. Como fuese, Temari sonrió, probablemente consciente de que él lo había dicho honestamente y no por un banal coqueteo.

—Qué romántico —dijo ella de todas formas, sólo un mínimo de burla en esas palabras antes de que las manos de ella pasaran a aferrarse a cada lado de sus brazos, atrayéndolo más a ella y pidiendo por otro beso más, aparentemente complacida de que podía sentirlo claramente duro en sus pantalones mientras se frotaba contra ella. Shikamaru tomó eso como permiso suficiente para deslizar ciegamente sus manos por debajo de su falda, los dedos de una de ellas aventurándose hasta sentir la humedad en medio de sus oscuros pantalones cortos, acariciando la sensible piel ahí e incitándola a mover sus caderas contra él una y otra vez.

Ah, realmente iban a hacerlo sobre una mesa. Eso era una primera vez.

(Especialmente cuando pudo girarla y apreciar su espalda y glúteos ya desnudos, ella misma ubicando una rodilla doblada sobre la mesa, manos estiradas para equilibrarse mientras movía sus perfectas caderas hacia atrás al ritmo que él le había impuesto. Sin duda, toda una nueva experiencia).

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Aún dentro de la pequeña oficina, esta vez consciente de su alrededor en caso de escuchar pasos de algún otro empleado o vigilante cerca de la puerta, Shikamaru estaba agradecido de haber encontrado pañuelos desechables porque iba a necesitarlos: para esta segunda vez tendría que terminar saliendo de ella, ensuciando el suave material porque al parecer estaba menos preparado de lo que necesitaba. Aún así no iba a parar; la expresión que le devolvía ella y los sonidos que salían de su boca hacían que su estómago se agitara con deseo.

Esta segunda vez también no era exactamente una posición nueva, ya habían tenido encuentros con Temari encima de él, imponiendo las reglas de cómo moverse sobre él, pero tenían algo de puntos extras al seguir usando la mesa, el escenario algo obsceno sólo por continuar en un lugar semipúblico.

Él, sentado al borde de la mesa, gratamente podía acariciar las curvas de sus glúteos y besar su cuello y senos cuánto quisiera.

Quizá por las rodillas ejerciendo presión contra el duro material, no podía ser una posición tan cómoda para ella. Tampoco algo con lo que estuviera inherentemente cómodo cualquiera con poca experiencia sexual, especialmente en el ritmo acelerado y poca vergüenza de sí misma. Quizá incluso alguien con una experiencia promedio, pero Shikamaru no iba a dejar que innecesarios celos le susurraran en su mente, nada que pudiese manchar cuánto la deseaba o lo bien que se sentía esto. Como el cielo.

Y, tan caballeroso como no todos los demás quizá pensaba que lo era, Shikamaru deslizó una mano hacia arriba de su espalda llegando detrás de su cuello, ejerciendo algo de presión en ella para llamar su atención.

—¿Se siente bien? Dime cuando estés cerca.

Percibió entonces a sus hombros tensarse más, el agarre alrededor del cuello de él haciéndose más fuerte, pero ella no se desajustó en su ritmo.

Vanamente Temari intentó dejar de mirar hacia arriba. Su aspecto era todo un caos con su pelo enredado y la piel brillante de sudor.

—Ah, Shikamaru. ¡Me gusta tenerte, ah-dentro de mí! Te sientes tan bien...

Shikamaru gruñó en apreciación. Así que esto estaba más que perfecto. Pensó en otras formas de tenerla más adelante (ambos sobrepasándose en su actual  estadía), y si ser creativos los llevaría a escenarios parecidos en que ella lo engullía por completo, delirante por sus intrusiones, entonces Shikamaru estaba más que dispuesto a seguirle el paso.

Así, a punto ambos de alcanzar su climax por una segunda vez, Shikamaru pudo imaginarse una saludable relación con Temari en cuanto encontrara la forma de oficializarlo. Incluso con las pequeñas provocaciones contantes de ella, él sabría cómo resolver cada particular encuentro.

(No dejaría que ella fuese una delicia pasajera. La necesitaba a su lado por el resto de su vida).

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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