Capítulo 12

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Tres años después.







El día amaneció brillante y despejado, sin una sola nube que interrumpiera el cielo azul claro. Naruto se miraba en el espejo de la habitación donde se preparaba, ajustándose el nudo de la corbata con una mezcla de nerviosismo y emoción. Su reflejo le devolvía una sonrisa tan amplia como el miedo que sentía en el pecho.

"Hoy me caso", se recordó, como si al repetirlo pudiera convencerse de que realmente estaba a punto de unir su vida con Sasuke, el amor que nunca había sido sencillo. Sasuke había sido su amigo, su rival, su compañero, y ahora, sería su esposo. Cada uno de esos roles había sido desafiante, pero Sasuke, con todos sus defectos y complejidad, había sido siempre la constante en su vida, esa persona a la que siempre había querido, incluso en los momentos en que amarlo había sido doloroso.

Naruto respiró hondo, recordando el largo camino que los había llevado hasta aquí. Hubo un tiempo en que la posibilidad de un final feliz con Sasuke parecía imposible. Recordaba las noches de vacío y el proceso de aprender a perdonar. Pero Sasuke había luchado, se había esforzado por reconstruir la confianza entre ellos, y Naruto, finalmente, decidió arriesgarse. Ahora, a minutos de unir sus vidas para siempre, Naruto se sentía agradecido de haber seguido a su corazón.

El sonido de la puerta al abrirse lo sacó de sus pensamientos. Deidara entró con una sonrisa traviesa, cruzando los brazos al ver la expresión de Naruto frente al espejo.

—Estás nervioso, ¿eh? —preguntó, sonriendo.

—¿Es tan obvio? —Naruto trató de reír, aunque la voz le temblaba ligeramente.

Deidara se acercó, dándole una palmada en el hombro.

—Nah, nadie lo notará. Aunque... supongo que estás un poco en shock, ¿eh? Después de todo, te estás casando con el idiota.

Naruto se rio entre dientes, sintiendo una calidez familiar en el pecho.

—Sí, bueno... para mi desgracia, creo que siempre estaré enamorado de un idiota. Un idiota increíblemente cabezota, orgulloso y.... perfecto a su manera.

Deidara soltó una carcajada y le dio un empujón amistoso. —Entonces que no se te note tanto, ¿eh? Al menos inténtalo.

Deidara lo miró con una mezcla de lástima y cariño, y ambos rieron juntos. Luego, con una última palmada en el hombro, Deidara salió de la habitación, dejándolo nuevamente solo con sus pensamientos.

"Enamorado de un idiota." Las palabras resonaban en su mente, y aunque sonaba a broma, Naruto sabía que era verdad. Sasuke no era fácil; a veces podía ser frío, distante, testarudo. Pero era suya, y solo suya, la tarea de comprender a esa complicada persona. Nadie más que él podía ver todas las facetas de Sasuke, y eso era lo que hacía que amarlo, incluso con todos los defectos, valiera la pena.

Cuando llegó al altar, el sonido de los murmullos cesó, y Naruto sintió cómo todas las miradas se posaban sobre él, aunque su atención estaba únicamente en una figura al final del pasillo. Allí estaba Sasuke, de pie, esperando por él. Lucía impecable, con un traje oscuro que resaltaba sus ojos intensos, esos ojos que ahora brillaban con una mezcla de emoción y ternura que solo Naruto podía leer.

El sacerdote comenzó a hablar, y aunque Naruto intentó prestar atención, sus pensamientos volvían siempre a Sasuke, a las palabras que quería decirle. Las manos de Sasuke estaban entrelazadas con las suyas, y sentía la calidez que irradiaban, un recordatorio de que, después de todo, no había nada que temer.

Cuando llegó el momento de los votos, Naruto fue el primero en hablar. Sus palabras fueron torpes al principio, llenas de emoción, pero a medida que hablaba, encontró la firmeza que necesitaba. Lo miró a los ojos y comenzó, su voz entrecortada pero decidida.

Enamorado del idiota; SasuNaru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora