20 de octubre de 1710
Los años pasaban y las guerras se intensificaban, tanto la Guerra de la sucesión española como también la Gran guerra del norte, el The Norwich Post no deja de publicar de ambas guerras y es algo que preocupa mucho a Elibeth, quien no para de pedirle a su padre ir y apoyar a los de Dinamarca, Federico no entiende ¿por qué Dinamarca? Pero es que Elibeth siente que es el lugar correcto, aparte que los más cercanos porque solo se necesita cruzar el mar del Norte, lo que los separa realmente.
- No lo sé Elibeth, yo debo volver a mi trabajo – repite por cuarto día Federico –
- Me voy sin ustedes – responde segura Elibeth y Federico se queda en silencio –
- Yo me voy contigo Elibeth – responde Luke serio y la rubia asiente –
- Entonces yo iré con ustedes – avisa Taylor muy seria y Freda se sorprende –Era la reunión familiar más rara de todas, sabiendo que son ingleses y la relación con Dinamarca – Noruega tampoco es la mejor, decidir en ir a ayudarlos no parece la mejor idea pero Elibeth no cambia de parecer, quiere irse y mientras tenga el apoyo de sus primos más caprichosa se mantendría.
El asunto es que Luke no se iría por querer ayudar a otros, sino para alejarse de su aguerrido padre, si defender a otro país en una guerra es la solución, claro que la tomaría una y mil veces todo por estar lejos de Sebastián Miller. En cuanto a Taylor desde que Freda esta con el portugués Santos Da’ Costa, ha pensado mucho en irse a otro país de Europa, ser voluntaria no suena mal si significa estar lejos de Freda.
- ¿Están locos? – pregunta Sebastián histérico – estamos hablando de Dinamarca – Noruega – grita y sus hijos se mantienen sin expresión –
- Yo me voy con ellos – dice Freda y toda la sala se queda en silencio –
- ¿Vas a permitirlo Federico? – pregunta el hermano mayor y es ahora el rubio quién reacciona –
- ¿Quieren ser voluntarios? – pregunta a sus sobrinos e hijas, todos asienten – ¿saben que Dinamarca no se las pondrá fácil verdad? – pregunta y ninguno dice nada – ¿Tú? – pregunta ahora a su hijo mayor –
- He visto de cerca lo que es estar en guerra y me parece noble lo que mis primos y hermanas quieren hacer, tal vez no se van por las mismas razones pero me gusta y si mi esposa no esta en contra, tal vez acepte – responde Basil quien ahora mira a Nelia y su pequeña de dos años –Nelia ahora tenía la decisión de quedarse pendiendo de un hilo o no hacerlo, abraza con fuerza a su pequeña Adeline y trata de pensar que es lo mejor para todos, claro que ver el periódico todos los días y saber sobre los miles de muertos nunca es bonito, más si ahora depende de ella la decisión de su marido, una lágrima corre por su mejilla y mira a sus cuñadas, ambas serias pero a la expectativa, Nelia termina asintiendo y Sebastián bufa.
- Esto es ridículo – se queja el mayor de los Miller –
- Yo quiero ser voluntaria – dice Suset de repente y es Sebastián quien se queda boquiabierto –
- Creo que sí todas están de acuerdo en serlo, yo acepto – aclara Berenice y Federico la mira de forma compasiva –Es el rubio quién termina aceptando el ser parte de los reservistas, muchas veces quiso ser parte de la guerra de la sucesión española pero por su familia jamás aceptó de forma directa, sin embargo, siempre estuvo pendiente, siempre ha estado pendiente. Para muchos es una locura ya que los ingleses no son los mejores amigos de los españoles ni franceses pero él sentía que debía hacer algo porque todo mejore, sin embargo, nunca lo intentó como tal y esa guerra se mantiene vigente actualmente.
- Entonces nos vamos a Dinamarca – aclara Federico y todos aplauden menos Sebastián – y ¿tú? – le pregunta a su hermano mientras se acerca y pone una mano en el hombro derecho de Sebastián –
- Creo que no tengo otra opción – responde derrotado – los hombres a la guerra, las mujeres a ser voluntarias – avisa el mayor y todos sonríen –
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Eternas
ContoY cuando miré aquellos ojos café, supe que podía amarla para siempre Pero jamás me imaginé que se haría realidad y que ese amor Sería eterno, tan eterno como una maldición.