15 de noviembre de 1710
- Esto es preocupante – comenta el médico del piso de Elibeth –
- ¿Una epidemia? – pregunta la rubia confundida –
- Posiblemente, no esté muy cerca de los pacientes y tampoco de animales – aconseja el médico Thompson y Elibeth asiente –
- Esta bien doctor – responde la rubia y arregla su mascarilla –Los días han ido pasando y no volvió a ver a aquella joven, pero de su mente no sale y no sabe porqué, aún así trata de ignorarlo con el aumento de enfermos por la peste, Elibeth junto a su compañera inglesa y una danesa que acaba de ser enviada al mismo piso, tratan de dar abasto para tantos enfermos y heridos pero no siempre son suficiente y le envían más ayuda.
- No han sido fáciles estos días – comenta la danesa mientras se quita los guantes y mascarilla –
- Cada vez es peor – responde Elibeth y se voltea para ver a la castaña que tiene a su lado –
- Disculpa nunca dije mi nombre, un placer Verónica de Stanley – se presenta y la rubia sonríe de lado –
- Elibeth Miller – se presenta la rubia y ambas sonríen –Siguen el camino de un largo pasillo hasta llegar a las escaleras, cada una luego de bajar toman distintos caminos, pero a mitad del pasillo derecho Elibeth se queda paralizada entrecierra los ojos y trata de reconocer aquel hombre, pero es cuando se da la vuelta que sonríe y corre hasta él para lanzarse a sus brazos.
- Nunca te extrañé tanto como estas semanas – confiesa la rubia y el castaño se ríe –
- Nunca nos separamos tanto como estas semanas – aclara Luke y Elibeth asiente –
- ¿Qué haces aquí? Y ¿mi tío? – pregunta Elibeth alejándose –Pero a Luke se le oscurece la mirada y se mantiene en silencio, algo que le preocupa a Elibeth, sólo que la voz de su tía Suset acaba con toda la conversación, Luke se voltea y abre los brazos para poder abrazar a su madre, detrás de ella está una sorprendida Taylor Lane Miller, castaña que también se acerca para abrazar a su hermanito menor, los tres lloran y Elibeth se mantiene algo distanciada.
Elibeth siente una mano en su cadera y voltea para ver a su hermana mayor, sonríe y ambas disfrutan del reencuentro de Luke con su madre y su hermana, Freda sabe lo tanto que Taylor extrañaba a su padre y hermano, pero no pasa desapercibida la falta de Sebastián, ya que el primero que se negaba a la guerra era su tío.
- ¿Y Sebastián? No lo veo – chilla Suset al soltar a su hijo y Taylor mira a Luke quien se le cristaliza la mirada –
- Papá – susurra el castaño quien se le rompe la voz y Elibeth cierra los ojos con fuerza – murió – finaliza y todas se quedan paralizada –Menos Suset quien da unos pasos atrás y cae al suelo mientras llora, Taylor la sostiene y Luke se acerca para agarrar sus mejillas, ahora mismo Suset se arrepiente tanto de venir, de soltar a su marido, de aceptar esta locura que nada le conviene ni a ella ni a su familia, Suset llora de forma desgarradora y es la imagen más dolorosa que jamás han visto Freda y Elibeth, no se imaginan si llega Basil sin su padre, dolería demasiado y ahora la rubia se siente mal y arrepentida de traer a su familia a esto, no lo merecían y ahora Suset sufre las consecuencias de la idea de Elibeth Miller.
…
Al caer la tarde Freda no se aleja de Taylor como Berenice de Suset y Elibeth de Luke pero la pequeña necesita un respiro para seguir adelante y decide salir del hospital, sin querer tropieza con alguien y sostiene la cadera de la otra persona para mantenerse ambas de pie, cuando alza la mirada se queda paralizada.
La rubia sabe que había conocido jóvenes hermosas por ejemplo Catherine o incluso Madeleine, pero la belleza que tiene frente a ella es algo inexplicable, su corazón late enfurecido y su mirada no puede abandonar el rostro de aquella castaña, son sus ojos café e incluso aquellos labios carnosos y rosados, Elibeth se encuentra embelesada por tan hermosa joven, tanto que sólo quiere conocerla y saber que es real.
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Eternas
Historia CortaY cuando miré aquellos ojos café, supe que podía amarla para siempre Pero jamás me imaginé que se haría realidad y que ese amor Sería eterno, tan eterno como una maldición.