𝐄𝐥 𝐓𝐑𝐈𝐓𝐎𝐍 𝐃𝐄 𝐒𝐇𝐔𝐀㆐JIHAN

Capítulo 94

Pero Jeonghan notó de inmediato que mis ojos no estaban enfocados en él. Su garra palmeada se movió hacia mi barbilla y levantó mi rostro para mirarlo, mientras que la otra garra
palmeada no era ligera. Me pellizcó suavemente la cintura, me picaba tanto que casi salté del suelo, pero volvió a apretar la cola del pez. Agarró mi pantorrilla izquierda y apretó mi
espalda, obligándome a sentarme en su cola muy íntimamente. Perdí el equilibrio y me recliné en sus brazos. Estaba medio abrazado por él y me escondí detrás de la sombra de
un árbol, como si tuviera miedo de que Asura me arrebatara. Me preguntaba qué iba a hacer, pero rasgó el botón de su ropa con un poco de impaciencia.
Dios sabe que mi bata blanca está vacía y no estoy usando nada. Los japoneses no entregan calzoncillos a los cautivos.

Estaba un poco perdido, preguntándome si este tipo iba a ignorar la situación actual...tan preocupado, que las garras palmeadas de Jeonghan me habían arrancado el cuello y lo habían deslizado por debajo de mis hombros. Pero no me atrevo a detenerlo, porque está
en la cabeza de "vinagre". ¡Maldita sea, quién sabe qué cosas más atroces hará si está de pie en este momento! Me congelé en su cola, inmóvil como un tronco, y dejé que me levantara la ropa. Su mirada viajó centímetro a centímetro a lo largo de mi cuerpo expuesto,
especialmente entre mis piernas. Su comportamiento era como el de un policía de aduanas inspeccionando artículos prohibidos, lo que me puso la piel de gallina en todo el cuerpo. Nunca había visto una expresión tan seria en su rostro, y mi rostro ardía inconscientemente, y de repente me di cuenta de la razón de sus acciones.Dios mío, Jeonghan estaba pensando demasiado, ¡le preocupaba que Asura tuviera sexo conmigo!

"Oye, Agares, ese tipo de cosas no sucederán, solo te pertenezco, está bien".

Rápidamente estiré mis manos para tapar sus oídos, mirando fijamente el par de ojos profundos en la sombra moteada del árbol, confesé seriamente con voz profunda. Pero antes de que
pudiera terminar mis palabras, fui atraído a sus brazos y me abrazó con tanta fuerza que mis huesos casi se rompen. Era como si estuviera atrapado en una dulce prisión, sin aliento,
y al mismo tiempo me sentía muy seguro. Los sonidos de la guerra a mi alrededor parecieron desvanecerse en un instante, y solo quedó este pequeño refugio que habitamos temporalmente.

Tomé una respiración profunda de Jeonghan, enterré mi cabeza en su cabello húmedo y espeso, y me mimé como a un niño. Sus labios se frotaron suavemente contra mis oídos,
como si finalmente se sintiera aliviado, respiró hondo y una risa baja escapó de su garganta. El aliento húmedo permaneció en mis oídos, como una tentación, como una espera, como una anticipación y un indicio de que debería hacer algo para probar mis palabras.

Estoy vagamente más convencido, ajá, mi antiguo jefe está renaciendo en su
antiguo yo, porque este tipo malo ha aprendido a inducirme. ¿Entonces qué debo hacer? Lo estaba pensando en secreto, y la escena de Jeon pidiéndome que le "pague" por primera vez en la isla de las sirenas apareció en mi mente, giré la cabeza tentativamente y lamí su oreja
delgada y translúcida, ah, sabe a igual Así como el sashimi.

Le di un mordisco, e inmediatamente me empujó hacia el pasto en represalia, frotándome las axilas con sus garras palmeadas como si me picara, tuve que acurrucarme y suplicarle piedad,
estupefacto:

"Ah... ja, por favor, Hannie , no hagas esto, ¡me está matando de cosquillas! Jaja..." Pero él presionó mi cintura por ambos lados, no permitiéndome escapar de su control en absoluto. En la oscuridad, vi esos ojos largos y estrechos mirándome fijamente a la cara. Dobló su cuerpo y la sombra cayó desde la parte superior de su cabeza como una
neblina que cubría el cielo y podía bloquear todos los desastres. . No pude evitar levantar mi mano para acariciar su mejilla, trazando sus contornos faciales angulares con mis dedos.
A pesar de que sabía exactamente lo inapropiado que era nuestro juego en este momento, al diablo con todo lo demás, no podía soportar renunciar a este precioso momento tan esperado, incluso si esos soldados japoneses vinieran a llamar. Lo sentí besar mi frente, el puente de mi nariz, y finalmente posarse en mis labios, murmurando muy bajo y claro: