Prólogo: Dolor en el lienzo.

220 11 0
                                    

Montreal se sumía en un silencio profundo, mientras la nieve cubría la ciudad en un manto blanco, ensordeciendo el bullicio habitual de sus calles. En un apartamento despojado de vida, Taehyung contemplaba el anillo en su dedo, un símbolo de amor que había perdido su brillo. Las sombras se alargaban en las paredes, reflejando un vacío que había crecido entre él y el hombre al que había jurado amar para siempre. Sin embargo, su conciencia es bañada de tormentosos recuerdo donde su cuerpo fue utilizado simplemente para complacer, sintiéndose sucio consigo mismo. Su mente recalcaba sus agrias acciones, pero su corazón latía por su ex esposo en donde no pudo protegerlo.

Lejos, en la vibrante Seúl, Jungkook intentaba ahogar su dolor con el calor del alcohol. Varias copas de vino tinto estaban alineadas frente a él, cada una un intento fallido de suavizar las aristas de su tristeza. Mientras sus pensamientos se entrelazaban con el aroma del vino, su pincel deslizándose mientras destruía aquella perfecta pintura de la silueta desnuda donde plasmaba el cuerpo de su ex esposo se convertía en una lucha entre el arte y la desesperación. Cada trazo, una liberación momentánea, pero el eco de los recuerdos seguía atormentándolo, un amor que, a pesar de la distancia, parecía inquebrantable.

Ambos, atrapados en sus respectivas realidades, eran conscientes de que el amor que una vez los unió se había convertido en un recuerdo doloroso, como un susurro perdido en el viento. Y en la quietud de esa noche, comprendieron que, a veces, la única forma de liberarse del pasado era decir adiós.

...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adiós, amor » TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora