ONE SHOTS - Soukoku

MALESTARES - Chuuzai

-¡Hoy Kunikida-san está preparando Udon! -decía felizmente Atsushi

La idea era preparar bollos al vapor, pero la masa no quedó idónea y optaron por usarla para las bolitas rellenas que lleva el udon.

-Yo quería comer tofu hervido -Kyouka estaba deprimida

-Agregaré tofu a la preparación -dijo Kunikida mientras regresaba de hacer las compras para la comida.

Una vez al mes la Agencia realiza una comida para el disfrute de todos. La mayoría de las veces quien cocina es Kunikida y suele ser extremadamente diligente con todo para poder apiadarse a los gustos individuales de cada uno. Sabe que a Ranpo le gusta la pasta de frijol dulce, así que ese será el relleno de las bolitas de masa. A Atsushi le encanta el arroz, así que también guardó una porción de arroz en la preparación. A Kyouka le gusta el tofu y a los hermanos Tanizaki el huevo. A él y al presidente les gusta que lleve un buen potaje de verduras mientras que a los glotones de Kenji y Dazai les gusta que lleve carne de res.

-¡Kunikida-kun no olvides ponerle carne! -no sólo la boca se le hacía agua, también los ojos

-En lugar de decir eso deberías ayudarme

-Yo te ayudaré a probar que vaya quedando bien -cogió con unos palillos una bolita de masa- le falta relleno, no seas tacaño que si no Ranpo hará rabieta y no se las comerá -de verdad es un detective consentido. Picó un par de verduras de la preparación y dijo -te pasaste de cocimiento en las zanahorias, se deshacen en mi boca, así habrá perdido todas las vitaminas

Lo cierto es que Kunikida no podría negar eso. Sabe que esas zanahorias quedaron para picadillo y por eso se encuentra pelando y cortando más.

-La carne está sabrosa -tomó seis pedazos y Kenji apareció a sus espaldas

-Ahora sólo quedan cinco pedazos -dijo el rubio

-¡Dazai! ¡te comiste toda la carne! -dijo rojo de la ira. La carne que compró era selecta y había comprado la cantidad justa para que cada uno comiera un trozo

-La tienda está llena de carne

-¡Mi billetera está vacía! ¡ya no hay más presupuesto! -agarró del cuello a Dazai y lo echó de la cocina -¡no regreses a menos que traigas más carne! y ni pienses que la agencia la pagará

-Tsk -hizo un puchero. Revisó en el cajón de su escritorio su billetera y vio que sólo tenía dos billetes de 500 yenes -esto no alcanza -además era para pagarle a la camarera de la cafetería

Hizo un par de llamadas hasta que por fin le respondieron.

-¡Chuuya!

-¿Cuánto quieres? -su voz sonaba apagada

-¡EH! pero si no te he dicho nada

-Conozco ese tono de voz tuyo, así que no interrumpas más mi sueño y dime cuánto quieres

-Chuuya duerme pasado el mediodía, yo te creía más responsable

-Cabrón, he estado fueras tres días. Apenas llegué a mi casa así que deja de molestarme y dime cuánto necesitas

-Cerca de seis mil yenes -recibió una transferencia de doce mil al instante- wow ni siquiera me vas a preguntar para qué es

-Adiós, tengo sueño -colgó

Entonces Dazai fue al mercado y compró medio kilo de carne roja. Regresó a la agencia y se la tendió a Kunikia.

-¿A quién asaltaste? -lo miró con sospecha

-Tengo mis ahorros

-Hasta donde sé tus ahorros constan de tres pastillas de menta al fondo de tu cajón -dijo aún con sospecha