𝘀𝗲𝘃𝗲𝗻

176 27 7
                                    

Lando

ya había llegado la hora de irme a mi casa, aunque mucho no quería. Tenía ganas de pasar tiempo con Franco.

El era divertido, y cada vez íbamos agarrando más confianza. Nos juntamos más seguido en los recreos, a veces en clases se sienta conmigo, y otras no: porque sus supuestos amigos lo joden con que es mi novio, que le gusto o lo que sea. Y lo hacen sentir incómodo, el me lo ha dicho, y por aquella razón, se estaba alejando de ellos.

— No quiero que te vayas, pero mi mamá no deja que te quedes más tiempo —. Me miró con una carita de perro mojado, que me dió ternura. Me acerqué, y le di un abrazo.

— Que mal, pero que le vamos a hacer —. Dije, tratando de animarlo, aunque ni eso iba a funcionar. — Si quieres, algún día puedes quedarte en mi casa... O, caemos al parque, ¿te parece?

el me miró con una sonrisa y asintió. Nos dimos un último abrazo de despedida, y yo parti camino a mi 'cerro', o como le decía yo a mi casa.

ni bien llegué a mi casa, la miré a mi mamá, que parecía estar enojada porque llegué muy tarde a casa.

— ¿Dónde estabas, Lando Norris? —. Dió un suspiró, siguió hablándome en un tono medio alto. Si estaba enojada. — No son horas de llegar, ¿dónde estabas?

— En casa de... De Franco, ¿por qué? —. Cuando le dije aquello, parecía haberse calmado un poco. Sin embargo, no me respondió nada y se quedó en silencio, mientras me miraba. Yo me fuí a mi habitación, sin decirle nada tampoco. Sinceramente estaba cansado y no tenía ganas de escucharla. Me rompe la cabeza.

ya en mi habitación, me puse a hacer una pequeña tarea que tenía por ahí, no iba a esperar a último momento para hacerla.

[...]

era de día, por suerte no teníamos clases. Que bueno porque ayer no dormí nada. Llegué a mi casa como a las 10:00 pm y me acosté a dormir recién a las 5:00 am. Que tarde.

ni bien me levanté, desayuné. Está vez si desayuné bien, hay veces que ni desayuno o desayuno mal. A veces creo que me falla.

estaba mirando tranqui el teléfono, cuando de la nada sentí un leve golpe en mi puerta. ¿Quien podría ser ahora?

vagamente me levanté y fuí a abrir... ¿Y quién era? Franco.

— Holi —. Saludó con su típica sonrisa, y un gesto con su mano.

— Que haces vos acá —. Pregunté directamente, y me quede mirándolo.

— Eh —. Se quedó en silencio unos segundos. Parecía que le daba vergüenza decirme lo que pensaba. — ...Te quería decir si.. si querías ir a pasar el día a algún lado... Eh, pero, no es obligato-

— Franco, estás tartamudeando una banda —. Reí. El ojiverde parecía estar nervioso.

— Si... Me dí cuenta, pero bueno.., ¿querés? —. Preguntó con su típica sonrisa que me encantaba. Era perfecta aquella sonrisa.

— Sí, si quiero ir —. Sonreí. — pero vas a tener que esperar a que me cambie, si es que vamos ahora. Igual, me cambio rápido. Pasá si queres, estoy yo solo. Cómo siempre.

— Bueno... Anda, te espero acá..

el paso a la casa, cerrando la puerta, mientras que yo dejaba para lavar lo que había usado para desayunar. Me dirigí a cambiarme. No elegí mucho, elegí algo simple, que estaba fachero. Tampoco iba a ir como un croto, al menos lo que había elegido estaba bien dentro de todo; era un pantalón corto negro, ya que hacia calor, y una remera blanca con unos dibujitos negros y letras en la parte trasera. Con unas zapatillas blancas. Simple.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

mi rarito - 𝗇𝗈𝗋𝗋𝗂𝗌 𝗑 𝖼𝗈𝗅𝖺𝗉𝗂𝗇𝗍𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora