Capítulo 1: Preocupación

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En la majestuosa oficina del Palacio de Mermonia, se reunían Neuvillette, Clorinde, Navia, Aether y Paimon. Aunque la paz había vuelto a Fontaine tras la resolución de la profecía, no todos sentían calma. Para Furina, la vida como una humana normal había traído consigo una serie de desafíos que ninguno de sus amigos esperaba. Al renunciar a su posición como Arconte Hydro, había elegido una vida sencilla entre los ciudadanos de Fontaine, pero el pueblo aún no se recuperaba del engaño de la profecía y algunos no la recibían de la mejor manera. Neuvillette, observando los rostros serios de sus compañeros, comenzó la conversación.

Neuvillette: Sé que todos estamos preocupados por Furina. Ha renunciado a su divinidad por voluntad propia, pero su vida como humana ha resultado ser mucho más dura de lo que imaginamos. No es fácil verla enfrentarse a la indiferencia e, incluso, a la desconfianza de algunos ciudadanos.

Clorinde asintió, cruzando los brazos con una expresión sombría. A pesar de su actitud estoica, no podía negar la tristeza que sentía por su ahora amiga.

Clorinde: Debemos hacer algo. Lady Furina nunca había experimentado esta clase de rechazo. Y aunque tiene esa actitud alegre, puedo notar que le afecta profundamente. Solo busca ser aceptada, pero... su pasado como Arconte parece perseguirla.

Navia, quien hasta ahora había permanecido pensativa, suspiró y lanzó una mirada de preocupación a Neuvillette.

Navia: No podemos cambiar el pensamiento de toda una nación de la noche a la mañana. Pero lo que sí podemos hacer es brindarle un espacio donde pueda sentirse libre de estas miradas y palabras. Quizás, si se aleja de Fontaine por un tiempo, pueda encontrar un poco de paz.

Aether, que hasta ese momento había escuchado en silencio, frunció el ceño, dándose cuenta de que, aunque la propuesta de Navia era sensata, aún quedaban muchos detalles por resolver.

Aether: Estoy de acuerdo en que un viaje le haría bien. Conocer otras naciones, otras culturas, podría ayudarla a entenderse mejor a sí misma. Pero... hay un problema. Ella necesitará compañía, alguien que pueda guiarla y protegerla en caso de cualquier peligro.

Neuvillette asintió, su mirada reflexiva y cargada de responsabilidad.

Neuvillette: Por desgracia, mis deberes aquí en Fontaine me impiden acompañarla. Lo mismo sucede con Clorinde y Navia; todos tenemos compromisos que no podemos eludir.

Aether suspiró, con una leve sonrisa irónica.

Aether: Tampoco creo que yo sea la mejor opción. Mi relación con Lady Furina ha sido... complicada. No estoy seguro de que ella quiera mi compañía en un viaje de esta índole.

Paimon, que había estado escuchando atentamente, se llevó la mano al mentón en un gesto pensativo.

Paimon: ¿Y qué tal TN? Sé que volvió a Sumeru antes que nosotros, pero es alguien en quien Furina podría confiar. Tiene una forma única de ver el mundo, y creo que podría ayudar a Lady Furina a redescubrirse de una manera que nosotros no podríamos.

Aether asintió, dándose cuenta de que la sugerencia de Paimon tenía sentido.

Aether: Es cierto. TN tiene esa habilidad para comprender a las personas y hacer que se sientan cómodas siendo quienes son. Además, su carisma natural y experiencia en Teyvat serían de gran ayuda para Furina.

Neuvillette intercambió una mirada de aprobación con Clorinde y Navia, quienes asintieron, entendiendo que esta opción era, sin duda, la mejor.

Neuvillette: Entonces, está decidido. Enviaremos una carta a Sumeru solicitando la ayuda de TN. Explicaremos la situación y esperaremos que él acepte acompañar a Lady Furina en este viaje de autodescubrimiento.

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