Kobayashi se despertó al amanecer, mucho antes de que la iluminacion alcanzara su punto más alto sobre Sidonia. Había pasado una noche tranquila, pero su mente volvía rápidamente a las responsabilidades de su posición. Sin embargo, antes de volver a su rutina estricta, decidió ver cómo estaba Nagate. Se dirigió a la habitación donde él descansaba, moviéndose con un sigilo casi natural, como si no quisiera interrumpir su sueño.
Al abrir la puerta ligeramente, lo vio profundamente dormido en la cama. Nagate se encontraba en una postura relajada, una expresión pacífica en su rostro, muy diferente a su habitual tensión en la Academia o cuando estaba en el campo de batalla. La comandante lo observó durante un momento, una leve sonrisa cruzando sus labios bajo la máscara. No sintió la necesidad de despertarlo. Era un joven que había pasado por tanto, y después de una cena que probablemente lo había afectado más de lo que él mismo se daba cuenta, le pareció justo dejarlo dormir un poco más.
Exhaló suavemente y, sin hacer ruido, abandonó la habitación. De pie en el pasillo, dejó atrás cualquier rastro de aquella expresión cálida, colocándose la máscara que marcaba su autoridad y seriedad. Su postura se volvió rígida y disciplinada nuevamente. La comandante volvió a ser la figura imponente y fría que todos en Sidonia conocían. Al salir de su residencia, llamó a uno de sus oficiales.
—Cuando el cadete Nagate se despierte, quiero que lo lleves a la Academia. Que no se preocupe por el tiempo— dijo en un tono neutral y controlado, el tono de alguien acostumbrado a dar órdenes precisas.
El oficial, rígido en su posición, la saludó con un firme gesto militar —Comprendido, comandante—
Con eso, Kobayashi partió hacia sus deberes diarios, dejando a Nagate descansar un poco más.
Horas más tarde, Nagate comenzó a despertar lentamente. La sensación de una cama cómoda y cálida lo envolvía, algo a lo que no estaba acostumbrado. La incomodidad de las camas de la Academia palidecía en comparación con esta experiencia. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que había dormido mucho más de lo habitual. Se incorporó rápidamente, y al mirar alrededor, su mente se puso en alerta. ¡Se había quedado dormido!
Con el corazón acelerado, se levantó de la cama y comenzó a vestirse con prisa. No recordaba la última vez que había dormido tan bien, lo que lo hizo sentir algo avergonzado. En la Academia, siempre estaba en guardia, alerta ante cualquier señal de entrenamiento o problemas, y las camas no eran precisamente cómodas. Esta experiencia, por otro lado, lo había dejado completamente relajado, demasiado relajado. Mientras ajustaba su ropa, se preguntaba cómo había pasado tanto tiempo durmiendo.
Cuando salió de la habitación, listo para apresurarse hacia la Academia, lo recibió uno de los oficiales de Kobayashi. El oficial lo saludó respetuosamente —Cadete Nagate, la comandante ha dispuesto un transporte para llevarlo a la Academia cuando estuviera listo— le informó con formalidad.
Nagate, aún sorprendido por la cortesía, parpadeó varias veces. No había esperado que le prepararan transporte, y mucho menos después de haberse quedado dormido. La idea de llegar en una nave militar a la Academia le resultaba un poco incómoda. Ya había llamado la atención la noche anterior cuando lo recogieron, y no quería seguir destacándose de esa manera. Además, no quería que sus compañeros se quedaran preguntándose qué estaba pasando.
—Ah... lo aprecio mucho, de verdad, pero... creo que iré caminando— respondió con una risa nerviosa, levantando las manos en un gesto de disculpa.
El oficial frunció el ceño levemente, sorprendido por la respuesta —Cadete, tengo órdenes de llevarlo en el transporte— dijo con tono firme.
ESTÁS LEYENDO
SIDONIA NO KISHI (Caballeros de Sidonia)
Science FictionEn un futuro distante, la humanidad ha sido llevada al borde de la extinción por un enemigo desconocido: los Gauna, criaturas alienígenas que devoran todo a su paso. Para sobrevivir, los últimos vestigios de la raza humana se han refugiado en Sidoni...