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A simple vista, todos pensarían que Minnie es un parásito en la vida de Soyeon. Una mujer sin futuro viviendo junto con una genia de la ingeniería. Pero lo cierto es que Minnie tenía un gran propósito en ese departamento, que era mucho más importante que pagar el arriendo a tiempo.

—Maldita sea—suspiró Minnie cuando alguien tocó el timbre del departamento.

Apagó lo que estaba fumando y esparció el humo antes de ir a abrir la puerta. Saltó un par de veces como si eso la pudiera poner sobria. En el camino agarró un desodorante ambiental para esparcirlo por donde caminaba y un poco en ella.

—Buenos días, vengo a invitarla a una reunión del edificio para organizar mejor la seguridad del lugar—dijo una señora de mucha edad.

—Oh, sí, estaré ahí—se apoyó en el marco de la puerta, sonrió más de lo que debería y sus ojos apenas se podían abrir—. Es una lástima que no funcionara lo de la reunión anterior ¿Quién iba a pensar que las cámaras son bastante inútiles?

Soyeon, quien se encontraba escondida en su habitación con la oreja pegada a la puerta, abrió bien los ojos al escuchar eso. Las cámaras, que ayudó a pagar para que fueran de calidad, no funcionaban ¿Y de qué sería de los de su trabajo?

Se alejó cuando escuchó a Minnie reírse con la vecina. Ella estaba a cargo de todo el ámbito "social" que significaba vivir sola. Como ir a las reuniones, ir al supermercado, pedir que le arreglen algo y hasta para recibir las compras online de Soyeon. Hacía bien su trabajo, era lo único que parecía hacer bien.

Se volvió a acostar en su cama y trató seguir durmiendo. Movió un poco las puntas de sus pies y se dio vuelta para abrazar la almohada ¿Cómo iba a poder sacar esa criatura de piel morada sin llamar la atención? Las cámaras ahora era lo que menos le preocupaba ¿Cómo lo haría con las 6 personas que administraba la entrada? ¿O con los cientos de científicos y trabajadores falsos que se podría encontrar? Se quedó dormida pensando que tal vez tenía que pedirle ayuda a Minnie, si era buena hablando con la gente, puede que sea buena distrayendo a la gente.

Pero eso era muy imposible, porque el primer paso era acercarse y pedírselo. Tener una cuarta conversación con ella no estaban entre sus planes. Entre más lo hacía, más largas eran las charlas. No quería llegar a un punto que pensara que podría aprovecharse más de ella. Ya era mucho con que no pagara a tiempo el arriendo (aunque nunca tardó más de dos semanas y ni quería saber de donde sacaba el dinero si apenas trabajaba).

Al día siguiente, con unos audífonos puestos. Alzó la mirada y contó las 8 cámaras que tenía que ponerle atención cuando sacara a la alienígena. Todos apuntando estratégicamente para no tener un punto ciego. Su mente hizo lo suyo y se imaginó líneas saliendo del lente de la cámara, creando un rango aproximado de la capacidad que tenía para grabar. No dejó de caminar. Haciendo lo posible para evitar que las cámaras no la grabaran. En un punto se detuvo y miró la cámara que estaba cerca del ascensor.

Tenía que sacar esa cámara, pero ¿Cómo?

—¿Pasa algo?—preguntó un científico con su bata blanca.

—Esa cámara está mala—susurró, no solía tener confianza para mentir. No era su fuerte.

—¿En serio?—se quedó mirando la cámara y luego se acercó otro, de mayor rango—¿Qué tiene?

—Está mal atornillada, en cualquier momento se caerá.

—No creo que sea un gran problema—dijo el de mayor rango.

—¿Acaso no sabes quién está pequeña demonio?—susurró el otro—Es la mismísima Jeon Soyeon, la que se dedica a robar azúcar y a arreglar la máquina de café.

Cosmic [SOQI | YUYEON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora