Error Del Destino |

1| Ups...¿La he líado mucho?

Valeria

—¿Me estás diciendo que quieres conocer a un demonio? — Belle, una de mis mejores amigas, me pregunta. Mirándome cómo si estuviera loca.
—Sí. — Afirmo —. Piensalo bien. Solo hay humanos, homosapiens. ¿No te gustaria conocer a algún ser mágico? Como a un vampiro, por ejemplo.
—Te aseguro que no —. Contesta —. Estás loca. ¿Cómo vas a conocer a un ser mágico si ni siquiera existen?
Me encojo de hombros —¿Quién sabe? Puede que algún día aparezca uno en mi habitación o en algún sitio.
Ella me mira incrédula y su expresión cambia a una de horror —Oh, no. No invoques a ningún demonio, por favor. Recuerda que tienes que ir al cielo.
—¿Y si no quiero?
—¿Cómo qué...?
—No quiero ir al cielo a conocer ángeles. Tampoco quiero ver a ningún dios o diosa. Además, voy a ir al infierno de cualquier manera — digo —. ¿Sabes las veces que he pecado? Estoy segura de que ya tengo hasta un pase VIP y todo. — Sonrío orgullosa.
—A veces me asustas.
—Vale.
—Pero enserio, no invoques a nadie. Tu madre te castigará de por vida si se entera y conociendola, no será un castigo leve.
Suspiro —ya. Pero no puedo controlar lo que quiero, es igual que los sentimientos.
—Pero sí puedes evitar una cátastrofe cómo esa. Mira, Val, estás loca y soy consciente de que no existe ningún remedio para eso, pero... ¿vas a arriesgarte por una tonteria? Piensa en Valeria del futuro. ¿A ella le gustaría tu elección del presente? — Intenta hacerme entrar en razón —. Pero claro, no creo que tu yo del futuro sea más normal que tu yo actual.
—¿Qué?
—Que estás loca y no hay remedio.
Me río —por favor. No es para tanto.
—¿Ah, no? ¿Y cuándo incendiaste el edificio en el que tus padres te obligaron a quedarte en verano hace cuatro años?
—Eso tiene una explicación —. Digo —. En primer lugar, eso fué hace mucho tiempo y que sepas que no hice nada para merecer estar allí. — Me mira con desconfíanza y añado —bueno, vale. Tal vez rompí el jarrón favorito de mi madre y escondí el mando de la tele para que mi padre no pudiese ver el partido de fútbol que tanto quería ver. Pero aparte de eso no hice nada.
—Claro que no. Claramente no hiciste nada —. Pone los ojos en blanco, suspira y dice —. Vamonos ya que a este ritmo serán las diez de la noche y seguiremos aquí.

Me coge de la muñeca y me arrastra fuera de la cafetería. Paro en seco y tiro de ella, haciendola parar también. Belle gira su cabeza para mirarme con el ceño fruncido.

—Puedo caminar sola — digo, antes de zafar mi muñeca de su agarre.

Ella pone los ojos en blanco otra vez y continuamos caminando hasta que llegamos a dónde siempre partimos caminos.

—Bueno... hasta mañana, supongo — digo, susurrando lo último.
Ella suspira —mañana no hay clase.
—Pues hasta pasado mañana, ¡Mira que eres complicada!

Mi amiga me ignora y cruza la calle mientras que yo sigo mi camino.

~'~''~

—¡Valeria Lee! — Mi madre me llama por mi nombre completo.

¿Qué he hecho ahora? ¿Es un buen momento para crear un portal e irme al infierno?

—¡Va...!
—¡Voy! — Grito de vuelta. Salto de mi cama, dejo mi tablet en mi escritorio y salgo corriendo de mi habitación.

Cuando llego abajo, me encuentro con la cara de pocos amigos de mamá —quien está con los brazos cruzados en su famosa pose de enfadada — y el ceño fruncido de papá.

Están enfadados.

—Valeria — mamá me llama de nuevo, sacándome de mi pequeño trance —. ¿Por qué nos han llamado de una página web diciendo que has sido elegida para ir a un fan...fan...
—Fanmeeting — digo.
—Eso.
—Explícate, Valeria. Te damos diez segundos para que, o corras, o expliques que narizes has hecho — papá dice con un tono calmado que me da mala espina.

Que bien.

La verdad es que el otro día —mentira, fué hace dos meses, — la página web oficial de mi cantante favorito anunció un fanmeeting en China y... bueno, ¿os han dicho ya que estoy loca? En fín, que entré en un sorteo que hicieron —ya que las personas iban a ser límitadas para evitar que haya mucha gente — por diversión, pensando que no me iban a elegir, y... pues parece que al fínal sí que lo han hecho.

Lo bueno es que si convenzo a mamá y a papá de que me dejen ir, podré ir a China y así, asistir al evento—además, no se tendrían que preocupar de pagar nada porque la empresa se encarga. — Lo malo es que no me dejen ir y encima esté castigada.

—Va...
—El otro día, mi cantante favorito anunció un fanmeeting por sus redes sociales y rellené el formulario pensando que no me iban a elegir, pero parece que sí que lo han hecho — bromeo al final, aunque ellos ni se inmutan.
Mamá suspira, cansada —¿me estás diciendo que rellenaste un formulario sín nuestro permíso por diversión y ahora has sido elegida?

Asiento y ella suspira otra vez.

—Valeria Lee, ¿cómo pudiste...?
—Ese no es el caso ahora — papá interrumpe. —Has sido elegida y según ese correo, es gratis. Pero no nos han dicho dónde es.
—¿Eso significa que me vais a dejar ir? — Pregunto esperanzada.
—Depende. Si es en la capítal, es decir, al lado de aquí o incluso aquí, sí. Si no, no.

Ya valí. ¿Y cómo les digo yo ahora que no es ni aquí ni en la capítal si no que está en la otra punta del mundo?

Miro a mamá y ella asiente. Eso es buena señal.

—¿Enserio?
—Sí —. Mamá dice —. Ya te han elegido, ¿qué podemos hacer?
—Vale, pero hay un problemita... — río nerviosa. —El evento no será en este país, será en Beijing, la capítal de China.
—¿¡Qué?! ¿¡Beijing?! — Mamá grita.
—¿¡En China?! — Papá exclama.
—Eh...sí. Bueno, pero ya sabeis que a mi me gusta mucho Y...
—No vas a ir.
—¡Pero mamá!
—Ya has escuchado a tu madre. No vas a ir. Está en la otra punta del mundo y no te vamos a dejar ir sola.
—¿Y vosotros?
—Cariño... — mamá se tranquiliza un poco —. Solo cubren los gastos de la persona elegida no de sus acompañantes.

Me siento injusta, aunque también lo entiendo. Pero... esto es muy importante para mí. Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por poder conocer a mi cantante favorito—y ya de paso visitar la ciudad, claro.

Hago un puchero —mamáa, por favorrr.
—No.
—Mami.
—He dicho que no.
—Pero mamáa.

Sigo haciendo pucheros y al fínal se rinde.

—Está bien. Puedes ir.
—¿¡Qué!? ¿¡Cómo puedes dejarla?! — Papá se gira para ver a mi hermosa madre.

Ella le mira mal y le susurra algo que no logro escuchar, de cualquier manera, papá sonríe y asiente antes de salir del comedor.

—¡Gracias! — Corro hacía ella y la abrazo.
—No me hagas la rosca que nos conocemos. Y cómo vuelvas a hacer algo así, te castigo de por vida, ¿entendido?
Asiento —Sí.

Nos separamos y me dice que me vaya a mi habitación a preparar la maleta—ya que me voy en dos semanas.

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