Error Del Destino |

8| Adquiriendo ingredientes

Han pasado dos meses desde que Valeria fué al fanmeeting. Supuestamente iba a estar solo una o dos semanas, pero de alguna manera se vió obligada a quedarse.

Durante este tiempo, ella se ha hecho muy cercana al japonés sin darse cuenta; habían pasado de quedar un rato para tomar un café o pasear por algún parque o por las calles de Beijing a quedar en la cafetería del hotel de la chica para criticar la vestimenta de las personas adineradas que pasaban por allí y a ver una película o serie en la habitación de esta—y ya de paso, criticar a los personajes que les caían mal.

Se volvieron cercanos unos días después del fanmeeting, cuando Valeria decidió quedar con él para despedirse, pero al final no pudo. No podía dejarlo solo en un país desconocido y le daba pena tener que irse y romper su amistad—porque aunque se comunicasen a menudo, no sería lo mismo y en algún momento, Valeria se olvidaría de él. Cosa que no quería.

Sin duda, le había cogido cariño al chico.

Su madre le gritó cuando la llamó para decirle que se quedaría por más tiempo, la mujer le preguntó que hasta cuando pensaba quedarse allí, a lo que ella le respondió con un simple "unas semanas más."

Por un lado, no podía irse, ya que los aviones se habían cancelado por el mal tiempo, pero eso duró solo cuatro semanas, ¡Valeria alargó su estancia por dos meses!

Actualmente, la chica no había contactado con su madre desde que esta le regañó y le exigió que volviese a casa. Al principio se arrepintió, pero cuando pasas mucho tiempo con un demonio, más te vas pareciendo a este—y más cuando representan las mentiras.

Mientras tanto, Riku tenía una misión en el país: Encontrar todos los ingredientes requeridos para la poción que planeaban darle a Nishimura.

Los ingredientes no eran muy sencillos de conseguir, ya que para algunos tenía que recolectarlos en el bosque de las brujas o sumergirse bajo el agua para coger algunos pétalos y flores mágicas de las sirenas.

El joven príncipe tenía una misión muy difícil, pero no imposible.

Ahora, Riku se encontraba en su dormitorio, trazando un plan para conseguir todos los ingredientes. Lamentablemente, tenía una fecha límite para hacerlo, hasta el baile demonial—el típico baile de las películas de Disnay, pero con un toque demoníaco—. Que es el día en el que Nishimura iría al castillo Shin. Este día será el 22 de Diciembre, es decir, en casi un mes.

—Tengo... la sal de hada, la flor de fuego, tres cuernos del demonio de piedra, y me falta una flor de las sirenas del océano atlántico y un poco de veneno de serpiente —. El demonio dijo, contando y tachando los elementos.

Entonces decidió que al día siguiente iría a recoger las flores marinas. El agua del océano atlántico estaba muy fría, asique tendría que ponerse un traje de baño especial—lo cual no resultaba ser un problema para él.

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Riku

Me he tenido que inventar una mentira—lo cual no ha sido difícil— para evitar quedar con Valeria.

Ella quería quedar, y yo también quería, pero trabajo es trabajo. Tengo una misión muy importante y debo completarla antes de que Niki se apodere de mi preciado castillo.

Eso sí, la chica no es muy inteligente, porque cuando le he dicho que iba a "llamar a mi madre porque la hecho mucho de menos," me ha creído.

Ahora llevo puesto un horroroso traje de baño para ir a robar una flor de las sirenas del Atlántico y estoy a punto de sumergirme.

Aquí hace un frío que me hace hasta echar de menos el infierno.

Tirito —por satanás, acabemos con esto antes de que decida quemar el océano.

Y sin pensarlo más, salto y caigo en el profundo agua. Cojo aire dos veces antes de empezar a nadar hacía la cueva marina.

Más vale que esto valga la pena.

Me congelo a medida que avanzo.

Los humanos son muy débiles en general, y más cuando se trata de agua. Apuesto a que si Valeria estuviera aquí, intentaría salir lo antes posible—por no mencionar que tampoco podría respirar por mucho tiempo bajo el agua cómo yo.

Unos minutos más tarde llego. Me escondo detrás de unas algas y observo mis alrededores: Hay dos sirenas guardianas en la entrada, tienen lanzas y su mirada me hace pensar que están esperando un ataque, ¿pero de quién?

Tú puedes, Riku.

Salgo de mi escondite y me acerco a las dos guardianas, estas rápidamente me aseñalan con sus lanzas y yo levanto mis manos en defensa.

—Vengo en son de paz — digo.
—Alejate, estúpido demonio — la pelirroja me escupe.
Las miro ofendido —¿estúpido demonio? ¿Me has llamado estúpido, a mí, el príncipe de las mentiras? — La pelirroja asiente y yo exclamo —¡Soy el príncipe de las mentiras!
—¿Y?
—¿¡Cómo que "Y"!? ¡Que...!
—No nos importa quién seas — la rubia contesta —. ¿Qué haces aquí?
—Primero — miro a sus lanzas —, dejar de amenazarme con esas armas y segundo, vengo a pediros algo amablemente. Si me dejarais entrar en vuestro huer...
—No vas a entrar a nuestro huerto — me corta la pelirroja.

Cómo odio a esta sirena.

—¿Que quieres de nuestras cosechas?
—Pues... un enemigo me robó algo que es mío, y necesito hacer un hechizo o una poción, ya no sé que es. El punto es que necesito una flor vuestra.
—Solo tenemos cincuenta.
—Sí, ¡otro demonio nos robo!
—¿Cincuenta? ¡Eso es mucho! Si bien no es la cantidad que soléis tener, pero por una menos no hará daño a nadie...

Ellas dos se miran entre sí antes de mirarme a mí con esa mirada de asesinas y asienten.

—Para que nos dejes en paz.... te daremos una. Si lo que tienes que hacer sale mal, apañatelas porque no te daremos más. ¿Entendido? — La rubia contesta.
Asiento —Gracias.

Ellas ruedan sus ojos y se adentran en la cueva, yo tomo eso como una señal de que las siga y entro tras ellas.

Ha sido más fácil de lo que pensaba.

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¡Extra!

¡Gracias por vuestro apoyo y cuidaros~!