5|Salida y secretos

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Valeria

Estoy en la cafetería Kind coffee a pesar de que él haya dicho que quedaramos en una hora, ya que prácticamente no le he dejado quejarse al pobre.

Ahora estoy sentada al lado de la ventana, bebiendo un café mientras espero. Miro alrededor aburrida.

Espero que venga porque como no lo haga le voy a bloquear.

Observo como un grupo de amigas hablan animadamente sobre algo y entonces empiezo a echar de menos a mis dos amigas—por muy pesadas que sean.

—Ho... — la voz de Riku me saca de mis pensamientos —, ¿Val? ¿Estás bien? — Me pregunta mientras se sienta.
Parpadeo dos veces y le miro —¿Qué? Ah, sí, sí. Perdón...
Sonríe —no te preocupes.

Miro la hora en el reloj de la pared situado un poco lejos de nosotros y frunzo el ceño. Mi...¿nuevo amigo? Bueno, él se acerca a mí y me da un golpecito en la frente con un dedo. Le miro confundida.

—No frunzas el ceño — dice — o te saldrán arrugas.
—Eh...¿vale? Bueno, ¿qué haces aquí tan pronto? Pensaba que ibas a venir más tarde...
—Iba a hacerlo pero has dicho "en media hora en kind coffee" y me has colgado antes de que pudiera quejarme. Por alguna razón sabía que ibas a venir a esa hora, asíque...aquí estoy — me sonríe de nuevo.

¿Porqué siempre está sonríendo?

Rio un poco —pues...acertaste.
Rie —Ya...
—A por cierto, ¿quieres algo? — Pregunto —. Puedes pedir un zumo de naranja o no sé...lo que quieras. Yo invito.
—No hace falta. Y...¿por qué tiene que ser de naranja?
—Era un ejemplo. Puede ser de lo que quieras...bueno, de lo que haya aquí.
—En realidad no puedo ni beber ni comer nada que contenga; naranjas, arándanos, uvas o fresas.
Me tapo la boca con una mano con dramatismo —¡¿No puedes comer ni uvas ni fresas?! ¡Pero si  son lo mejor que hay en el mundo fructal!
—Valeria, baja el volumen porfavor, nos van a hechar del local — murmura. Miro abajo avergonzada y murmuro un "lo siento." —Y para tu información, no creo que esas frutas sean lo mejor del mundo, en mi opinión, no se puede vivir sin chocolate.
—Pero eso no es una fruta.
—¿Y?
—Pues que estás dejando de lado a la frutas, no es justo — me cruzo de brazos.
—Bueno, vale, en ese caso...no se puede vivir sin la sandía.
—¡¿Verdad?! — Sonrío animada  —. No sé como hay gente que no puede comer sandía y me siento mal por las personas que son alérgicas a esas maravillas naturales.
Rueda los ojos y murmura —Que exagerada eres.
—Pero...¿por qué no puedes comer las frutas que has mencionado?
—Eh...¿Porque soy alérgico? — Rie.

Oh...claro. Tiene sentido que no pueda si es alérgico. Dios, ahora me siento muy estúpida.

—Entonces...¿no quieres nada? — Pregunto, intentando volver al tema de antes.
Él menea su cabeza —no. Por cierto, ¿qué tal si vamos a dar una vuelta? Hay un parque muy chulo cerca de aquí.
—Mm...vale.

Me termino mi café antes de levantarnos e irnos—menos mal que he pagado antes.

No decimos nada durante unos minutos—bueno, de vez en cuando Riku me contaba alguna anécdota, algún chiste, o incluso algo sobre é. — hasta que llegamos a un hermoso parque, Riku sugiere que nos sentemos en un banco para descansar.

—Y entonces mi madre me castigó por dos meses — dice.
Miro al cielo, el sol brilla tanto mientras que las nubes bailan alrededor suyo —¿Y...cómo te castigó?
—Pues...lo típico, me obligó a caminar sobre piedras de fue...— se para a media frase, como si estuviera a punto de decirme algo que no debía.
Dejo de mirar al cielo y le miro curiosa —¿sobre piedras de que?
—¿Eh? Ah...mi madre piensa que caminar sobre piedras mejora tu circulación y la planta de los pies — me dice, aunque parece más una excusa que una explicación. Al ver mi expresión desconfíada, añade —ella me castigó así. En parte no era un castigo porque me mejoraba la circulación y mi equilibrio.
—¿Caminabas descalzo sobre esas piedras?
—Sí. Iba hasta sín calcetines.

 Error Del Destino | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora