Hoy es el día en el que Valeria se irá a la capítal de China. Su madre la ha llevado al aereopuerto —aunque no quería — ya que su padre trabajaba y no podía acompañarlas.
—Val, cariño, ¿estás segura de que quieres ir? — Su madre le pregunta.
La chica asiente —sí. No rellené ese estúpido formulario para nada. Además, he sido elegida, cosa que no pasa mucho, alegrate un poco.
—Esque vas a estar sola en un país desconocido y...
—Otra vez no — Valeria murmura —. Mamá, soy mayor de edad y sé cuidarme sola.
—Ya pero...
—Solo serán unas semanas — La chica le asegura.Su madre suspira y una voz proveniente de los altavoces informa que el vuelo con destino a Beijing está a punto de irse. Valeria se levanta de su silla, coge su maleta y mochila, y mira a su madre.
—Ese es mi vuelo.
Los ojos de la mujer se llenan de lágrimas —hija, no te olvides de mí.
—Por el amor de dios, ¡Mamá! Te escribiré cuando llegue al hotel. Adiós.La madre asiente, coge un pañuelo y se limpia las lágrimas. Valeria, con los ojos llorosos, resiste las ganas de abrazar a su madre por última vez —hasta que volviese —. Entonces empieza a caminar en dirección a su avión que estaba a punto de irse asíque ya podía estar corriendo.
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En el avión, Valeria no podía poner su mochila en el departamento de arriba. Ella estaba a punto de rendirse, cuando alguien le subió su mochila desde detrás suyo, sorprendiendola.
Valeria se paralizó por unos segundos hasta que sintió que la persona que le acababa de ayudar estaba lejos de ella, esta se sienta en su asiento y mira al rededor suyo, intentando encontrar a la persona que la había ayudado hacía apenas segundos para agradecerle. Sín embargo, cuando ella giró su cabeza para mirar a través de la ventana—ya que ella se sentaba al lado del pasillo y el sitio a su lado estaba vacio —. Pero en lugar de ver el paisaje, se encontró con la cara de un chico de aproximadamente su edad muy cerca de la suya.
Valeria saltó en su sitio, asustada, se colocó una mano en su pecho y suspiró mientras que el chico se reía.
Él tenía pelo negro y corto, ojos marrones y hoyuelos que a Valeria le encantaría tocar—aunque claro, ahora mismo le parecían insoportable —. Llevaba una camisa simple blanca con el primer botón desabrochado, pantalones negros largos que quedaban muy bien con su camisa. Un collar con una cruz plateada colgaba de su cuello, llevaba un anillo con una serpiente en el dedo corazón de su mano izquierda y dos pendientes en su oreja derecha; uno con una cruz plateada colgando y un aro un poco más arriba de este último.
"No me digas que es religioso. " Ella pensó, imáginandose al chico en una iglésia haciendo cosas.
—¿Eres religioso? — Le preguntó.
—No. ¿Por..? — Se paró en la mitad de la frase cuando recordó algo —. Ah, no. Llevo dos cruces porque me gustan pero no soy religioso —. Se rió.
—No le veo la gracia — Valeria dijo.
—Pues yo sí — él rió otra vez —. No eres la única que me lo ha preguntado. Una vez tuve que...
La chica puso sus ojos en blanco —No te he preguntado. ¿Y qué haces tú sentado a mi lado?
—Estaba vacio y no había ningún cartel, asíque...como puedes ver, me he sentado —. Le contestó —. Además, no queda ningún sitio al lado de la ventana vacio aparte de este.Valeria no sabía que hacer. Estaba entre pegarle un puñetazo y quitarle esa sonrisa que fastidiosamente le gustaba y simplemente ignorarlo durante todo el camino.
Al fínal, se rindió y asintió, dándole a entender que se podía quedar en el sitio.
Durante diez minutos se mantuvieron callados. Valeria escuchaba música en sus auriculares mientras que jugaba a un juego online en su móvil y el chico miraba por la ventana con una mano en su mejilla, aburrido.
—¿Puedes dejar de hacer eso? — Valeria de repente le preguntó irritada.
—¿Hacer el qué? Ni siquiera te estoy mirando — él contestó.
La chica dejó de hacer lo que estaba haciendo y señaló a los labios del chico —eso. Ese pequeño puchero que haces me está molestando.Él sonrió divertido —¿A sí? Y...dime, ¿qué hacías mirándome?
Valeria se puso roja y quitó la mirada de su compañero de al lado. Por el amor de dios. Valeria Lee, deja de ponerte nerviosa por nada.
Su compañero de sitio hizo un sonido dramático y se tapó la boca con sus dos manos —no me digas que te gusto.
—¿Qué? ¿Cómo me vas a gustar si ni tu nombre sé y eres insoportable? Además, soy leal a Yue Ren.
—¿Quién?
—No te importa. Ahora, estate calladito y deja de hacer ese puchero.El chico hizo otro puchero y se limpió sus lágrimas inexistentes. No dijo nada, ni siquiera le reprochó. Pero había encontrado una nueva afición; fastidiar a la chica.
Asíque, con eso en mente, le dijo algo, pero como ella le ignoró —o más bien, ni siquiera le escuchó por sus cascos puestos —, él empezó a tocar su hombro con un dedo repetitivamente. Cuándo Valeria se cansó, se quitó sus cascos despacio y se giró para mirarlo con una ceja alzada.
—Me llamo Shin Riku y tengo 18 años — Él chico se presentó —. ¿Y tú?
Valeria suspiró otra vez y, sabiendo que no se iba a librar del chico—ahora conocido cómo Riku —, decidió presentarse ella mísma también.
"No me voy a librar de él, asíque...¿qué más da? Voy a presentarme y ya. Valeria, límitate solo a decir tu nombre y edad. Nada más. " Valeria se dijo a sí misma.
—Yo soy Valeria y tengo tu misma edad — sonrió falsamente.
—Valeria... — Riku repitió su nombre susurrando, pues le había encantado —. ¡Es un nombre muy bonito! Y dime, ¿de dónde eres?"¿Esque no se va a cállar nunca? " Valeria pensó de nuevo.
—Eso es información confidencial.
Riku se burló y rió —¿enserio? Vaya...y yo que quería hacer una nueva amiga...
—Que lástima — ella fingió estar triste —. No me importa.
—Woah, ¿y esos humos?
—Cállate.
—Vale. Pero, dime, ¿estás en una mafia o en una secta por casualidad?
—No.
—¿Entonces, porque no me quieres decir tu nacionalidad? ¡Ni que fueras de Saturno!
—No. Porque soy de Marte — ella rió por primera vez desde que estaba con él —. Es broma. Soy de Austrália."Valeria Lee, ¿con que te ibas a límitar solo a decir tu nombre y edad, eh? " La voz interior de la chica le replicó.
—¿¡Enserio!? ¡Yo soy de Japón!
—Aja...
—¿Por qué vas a Beijing? ¿Tienes familiares allí?
—¿Y a ti qué te importa?
Riku resopló —eres muy borde, Valeria. ¿Lo sabías?
—Cállate.
—Pero eres muy borde. Admítelo."Valeria respira. No cometas un asesinato en un avión y cuándo solo quedan 5h. No conviene que la poli venga o que paren el avión para llevarte a la cárcel." La chica suspiró cansada y mirándole mal, le contestó:
—No.
—Sí.
—No.
—Que sí.
—Idiota — ella le insultó.
—Borde.
Valeria resopló molesta —¿sabes que? te ignoro.Riku resopló por segunda vez y por fin se calló.
Más tarde, Riku se aburrió de nuevo y decidió molestar a Valeria otra vez. ¿Cómo? No habló, en cambio, apoyó su barbilla en su hombro y abrazó el brazo de la chica mientras miraba la pantalla del móbil de esta—aunque de vez en cuando la miraba. Le encantaban sus pecas, su pelo pelirojo y sus ojos verdes claros.
Riku entonces decidió que quería, no. Necesitaba su número y lo iba a conseguir antes de que ella pudiese huir en el aereopuerto.
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¡Segundo capítulo!
¿Qué pensais de Riku?
Gracias por vuestro apoyo y cuidaros.
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Error Del Destino |
FantasyValeria se ve atada a su nuevo amigo que resulta ser un demonio cuando un hechizo sale mal. ¿Logrará Valeria romper su lazo con el demonio? ¿Luchará para alejarlo o para quedarse a su lado? IMPORTANTE: ●Esta historia esta protegida en la propiedad i...