UNA OPORTUNIDAD

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-Buenos días madre. -saludó Camila -¿Te puedo ayudar en algo? ¿Y mis hermanas?


-Sofía salió hace una hora, fue a cerrar la venta de Bóxer, y Verónica sigue durmiendo al parecer -respondió su madre.


-Lo siento mamá, ¿de verdad era necesario vender al único potrillo que nos quedaba?


-Me temo que si Cami, hable con el abogado y es mejor vender lo que podamos por nuestra cuenta antes de que los bancos se desesperen y nos encarguen, ya hemos pagado la mitad de la deuda que nos dejó tu padre... jamás imaginé que al irse nos dejaría semejante deuda. Pero tu no te preocupes, ya veraz que tus hermanas y yo resolveremos todo tu solo preocúpate por entrar a una buena universidad, tienes 17 años deja que los mayores nos hagamos cargo.


-¡Pero yo también quiero ayudar madre!


-Lo se hijita, lo se, y llegara el momento en que lo podrás hacer, pero por ahora lo único que necesito es que vayas a traer un encargo a la ciudad. Toma este dinero debe ser suficiente, cuídate ya les avise que iras a recoger las cosas te están esperando, no tardes.


-De acuerdo madre me voy a apurar.



La familia de Camila había tenido mucho dinero en el pasado pero al morir su padre, las verdaderas cuentas salieron a la luz y la casa y en pequeño rancho estaban en hipoteca por lo que la familia debía pagar una deuda de poco más de diez millones de pesos de los cuales apenas y habían podido pagar cuatro, y eso solo vendiendo gran parte de las cabezas de ganado que tenían y despidiendo a la mayoría de sus trabajadores.



-Vengo por las cosas que encargó mi madre, tomé aquí esta el dinero. -bien, ahora de vuelta a casa -pensó.



Cuando se disponía a tomar el autobús hacia su casa, alguien la detuvo era un chico moreno, alto, atractivo.


-Oye niña, ¿tu eres una de las hijas de la vieja del rancho no? -le preguntó


-¿Perdón?, como le vuelvas a decir vieja a mi madre te rompo la cara, déjame en paz -respondió molesta.


-Oh, disculpa no sabia que tu madre no era tan vieja como aparenta -dijo riendo. -mira no es mi intención molestarte, se lo difícil que es tu situación económica en estos días y solo quería hacerte una propuesta.


Esa palabra detuvo en seco a Camila, ¿que clase de propuesta sería la que tenia en mente ese chico? ¿Dinero? ¿Pagar la deuda de su familia? Aunque la verdadera pregunta es ¿a cambio de que?


-¿Que propuesta? -Camila se sorprendió de lo desesperadas que sonaron sus palabras.


-Nada realmente difícil, solo necesito que te quites esas lindas botas que traes puestas y te lo explicaré mejor.


Riqueza A Mis PiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora