Las agresiones se detuvieron, pero las preguntas no.
Ocasionalmente, vio a Kyle entrar y salir de la escuela, a veces no lo veía salir, otras veces lo vio entrando demasiado temprano. Inconscientemente y preso de alguna variación del Síndrome de Estocolmo, el castaño se encontró a si mismo esperando que apareciera de la nada para empujarlo contra los lockers o besarlo en algún cubículo, pero ninguna de esas cosas sucedió.
Es el penúltimo día de clases cuando hay un indicio, convencido ya el gordito de que sería mejor no verse las caras de nuevo, ni para pelear o para follar (aunque eso sonará tan raro). Pasando por el estacionamiento como nunca acostumbra y con la necesidad apremiante de hacer tiempo antes de llegar a casa y encerrarse en un libro, pudo ver a Kenny en su motocicleta, con un bonito chico al que ubica como Leopold Stoch sentado en su regazo, riendo ambos como si estuvieran solos en el mundo, compartiendo besos castos y el rodeando su cuello con sus delgados brazos. Obligatoriamente debía pasar por ahí, así que decide hacerlo rápido y mirando a cualquier otro lado.
—Hey, tú. —lo llama y Eric siente que se le va el color del cuerpo. —Cartman, ven un momento.
Era correr o morir, de eso está seguro pero no le responden las piernas, ni siquiera el primer impulso de salir corriendo supuestamente llevado por el miedo funciona en su sistema. Las botas del alto rubio se escuchan sobre el asfalto, cada vez más cerca su inminente destino.
Tendría un epitafio patético, una corta vida. No termino de ver la última temporada del jodido Terrance y Philliph, aun no había conocido a Madonna ¿¡Quién se quedaría con su rana Clyde!?
—Oye.—lo voltea, una mano sobre su hombro y Eric se encoge esperando el golpe que nunca llega. —Ahg, no voy a hacerte nada, tonto. —rueda los ojos, el sol brilla a su espalda resaltando su alborotado cabello amarillo. —Escucha, no sé qué tiene Kyle últimamente que le ha dado por sentirse el buen estudiante y eres el último que hablo con él. ¿Sabes algo?
Eric seguramente tiene los ojos brillantes de escuchar su nombre cuando niega con la cabeza. —No, él se fue después de que ... —miles de escenas en retrospectiva inundan sus pensamientos y el calor le sube hasta por las orejas. —le di el proyecto, no sé nada más. —¿Está estudiando?
McCormick asiente, pensativo y mirando algún punto al frente. —No hace nada más, incluso se queda en las noches en la biblioteca ¡Está completamente pendejo!
Eric reprime una sonrisa y agradece sin voz el dato del paradero mayor. —Yo, lamento no poder ayudar más...
—Está bien. —sorpresivamente, le palmea el hombro con poca fuerza. —Oye Cartman, te debo una disculpa.
—¿Eh?
—Una disculpa, por todo. —se encoge de hombros. —¿Ves a ese mocoso? Es mi chico y me ha enseñado un par de cosas sobre el respeto, tolerancia y esas mierdas, ya sabes. —Kenneth sonríe mostrando sus frenillos. —De verdad espero que me perdones algún día, eres buen chico, hermano.
Eric asiente, realmente abrumado y sorprendido. —Yo, sí, no importa... —enfoca rápidamente al rubio platinado sobre la moto quien observa la escena desde lo lejos, sonriendo orgulloso de su novio. —Es muy lindo, cuídalo mucho.
—Claro. — le sacude el cabello con diversión.
—Ten una buena vida, gordito.—Igual...
{...}
Todavía con la conversación de Kenny en la mente, Eric avanza por los pasillos de regreso a la biblioteca, dispuesto a no irse de ahí hasta averiguar qué demonios había sido todo eso, toda su extraña relación con Kyle y el porqué de lo que hizo.
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chico rudo ─ kyman.
Romantik[kyman, mirrorverse au.] la delgada linea existente entre ser azotado en los casilleros por tu bravucón y terminar entre sus piernas. adaptación, original por ©byun-bacoon.