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Hyunjin

A la mañana siguiente encontré a Changbin moliendo a golpes el saco de boxeo, pero en todo lo que podía pensar eran en las palabras de Chan, y supe que nunca volvería a ver a Changbin de la misma manera. Cristo, todavía me aterrorizaba, pero casi lo entendía... parte de él, al menos. Changbin era cruel y brutal, impulsivo y despiadado, pero no era todo lo que había en él.

—¿Por qué me estás mirando así? —jadeó a medida que enviaba el saco a volar con otra dura patada.
Ni siquiera estaba seguro de por qué había venido aquí. Era donde Chan y sus hermanos solían pasar el rato jugando billar, viendo peleas y discutiendo sobre negocios, o golpeando un saco de boxeo durante el día. Por la tarde cuando todos cenábamos juntos, mi presencia era tolerada, pero por lo general me mantenía alejado el resto del tiempo, dándoles su espacio.

Mis ojos fueron atraídos a la espalda de Changbin. Nunca había estado tan cerca de él como para fijarme que el ángel caído tatuado ahí estaba cubierto por cicatrices de quemaduras. No me había dado cuenta que los ásperos parches en sus palmas eran heridas de quemaduras ya sanadas por tratar de defenderse de su madre.

Changbin se volvió hacia mí completamente, entornando los ojos, y por un momento quise acercarme y abrazarlo, abrazar al joven niño que salvó a Chan y Seungmin e incluso al nonato Jeongin, que luchó contra una madre demente y se quemó para que así todos pudieran vivir, pero Changbin era un hombre ahora y no uno que al quisieras consolar. Mis ojos se detuvieron en la cicatriz cruzando su ceja, y la compasión por él me inundó. Tal vez Changbin estaba más allá de la redención a los ojos de muchas personas, pero él había salvado a sus hermanos, había salvado a Chan.

Me pregunté cómo recordaba ese día, pero no era lo suficientemente valiente como para preguntarle. Changbin se acercó a mí lentamente, y miré su rostro cuando se detuvo justo delante de mí.

—¿Por qué me estás dando esa jodida mirada? —gruñó, pero por una vez no solo había ira en sus ojos... había aprehensión.

Negué con la cabeza.

—Quería agradecerte por salvar a Chan.

Changbin se puso rígido, y algo duro y peligroso se arremolinó en la profundidad de sus ojos.

—Hace dos noches —agregué, porque la preservación se activó en mi interior, pero Changbin sabía que no era eso a lo que me había estado refiriendo. Sin embargo, dio un paso atrás y se encogió de hombros, tenso.

—Alguien tenía que sacarlo de ahí. —También di un paso atrás—. Oh, y Hyunjin, ni una palabra sobre esto a Seungmin y Jeongin. No necesitan saberlo.

Sobre la crisis de Chan. Sobre el pasado. Ellos no recordaban, no sabían, y ocultarles esa verdad era probablemente otra forma en que Changbin los protegía.

♦️

Mis ojos estaban cerrados mientras escuchaba la música, mis dedos deslizándose sobre las teclas. Nada me traía más serenidad que crear melodías. Era una salida para el caos de emociones dentro de mí.

—Eres realmente bueno en eso —dijo Changbin.

Salté, mis ojos abriéndose y clavándose en Changbin. Se detuvo en la puerta por un momento y luego caminó hacia mí. Como de costumbre, mi cuerpo se tensó ante su presencia.

—¿Todavía? —preguntó con una sonrisa irónica. Se apoyó en el piano, observándome con esos ojos increíblemente oscuros, peligrosos—. Todavía estás aterrorizado de mí.

Me reí.

—Changbin, ¿hay alguna alma en Jeju o en algún otro lugar que no te tenga miedo?

Su sonrisa se amplió aún más.

Dark Melody ⏐Chanjin✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora