La mañana siguiente, Izuku despertó sintiéndose sorprendentemente animado.
Aunque los últimos días habían estado llenos de tensiones, hoy tenía algo diferente en mente: el club de fotografía. La idea de finalmente enfocarse en algo que le gustaba genuinamente le daba un propósito que hacía tiempo no sentía. Se desperezó lentamente, extendiendo los brazos, pero el movimiento le hizo soltar una mueca de dolor; el hombro derecho, adolorido por el golpe de Kenji, le recordaba lo difícil que era vivir bajo el mismo techo que él. Izuku se acercó al espejo de su cuarto y observó el moretón oscuro y amarillento que cubría su hombro. Apretó los labios, tratando de desviar la vista, pero el dolor y el rastro visible seguían ahí. Se dijo a sí mismo que no dejaría que esto arruinara su día. Después de unos momentos, escuchó un suave golpe en la puerta de su cuarto.
- 'zuku, ¿puedo pasar? - Era la voz dulce y preocupada de su madre. El mencionado oculto el moreton cuando se giró, y con un "Sí, pasa", le abrió la puerta. Inko entró con una pequeña sonrisa de cariño, aunque sus ojos mostraban preocupación. Sin decir mucho, sacó un par de billetes arrugados de su bolsillo y se los ofreció a escondidas, como hacía a veces.
- Para que tengas algo para ti, cariño. - susurró, mirándolo con tristeza. Sus ojos se dirigieron instintivamente a su hombro, sabia que Izuku lo ocultaba pero su instinto de madre le hablaba y el amor que le tenía se reflejaba en la angustia de su expresión. - Lo siento tanto, Izuku. No sabes cuánto quisiera que las cosas fueran distintas...
El intentó consolarla, posando una mano suavemente en la suya. - Estoy bien, mamá. - le dijo, dándole una sonrisa tranquilizadora. Aunque él mismo no siempre estaba seguro de ello, quería que ella se sintiera en paz. - No te preocupes, ¿sí? Todo va a estar bien.
Mientras veía la tristeza en los ojos de su madre, Izuku no pudo evitar pensar en cuánto deseaba que ella tuviera una vida mejor. Ella le decía que al cumplir 18 se fuera de la casa a viajar y ser feliz, pero el sabia que la pobre no merecía esta situación deprimente, ni a Kenji, ni la amargura que la vida parecía obligarla a soportar. Pero Izuku sabía que no podía cambiarlo todo de la noche a la mañana. Sólo podía seguir adelante, por ella y por sí mismo. Después de unos momentos, Inko le dio un beso en la mejilla y lo dejó continuar con su rutina. Izuku se vistió con la mayor calma posible, procurando no hacer ruido para no atraer la atención de Kenji.
Bajó las escaleras con cautela, asegurándose de que su padrastro no estuviera por ahí; no tenía ánimos de enfrentar su mal humor tan temprano. Sin embargo, alcanzó a escuchar un gruñido de Kenji desde la sala, acompañado de una burla despreciativa "alguien que por fin se levanta". Izuku apretó los labios y decidió ignorarlo. No iba a dejar que sus palabras le arruinaran la energía con la que había comenzado el día. Con pasos rápidos y la esperanza de evitar una pelea, tomó su mochila y salió de la casa rumbo al instituto, con un suspiro de alivio al sentir el aire fresco de la mañana.
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୧ ‧₊˚ 𝐋et me in. 🍂 ⋅ (bkdk)
Fanfiction╰┈➤ ❝ Para Bakugo, conocer a alguien como Izuku es intrigante, despierta en él el deseo de conocerlo más allá de lo que otros ven. Sin embargo, Izuku tiene barreras que ha levantado para protegerse. Cada vez que Bakugo intenta acercarse, Izuku retro...