III: Lo que dicen de ti.

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La tarde cayó rápido, y la casa estaba tranquila cuando los padres de Izuku se despidieron, dejando solo a él y a Ochako. Ella, con su habitual entusiasmo, decidió que era momento de "hacer algo divertido" y lo convenció para que se alistara y salieran a ver el partido de Tenya.

Aunque Izuku dudaba, la perspectiva de salir y ver el evento, sin la presión de que Katsuki estuviera merodeando a su alrededor (Ya que estaría en el campo) le pareció atractiva. Al menos el rubio estaría ocupado. Ochako, con su ojo agudo para los detalles, escogió un conjunto casual pero bien combinado para Izuku, algo que resaltaba sin llamar demasiado la atención, y, tras aprobar su reflejo en el espejo, ambos salieron hacia el estadio de la escuela.

Cuando llegaron, el ambiente los envolvió con su energía. El lugar era enorme, lleno de luces que iluminaban la cancha, y las gradas rebosaban de gente. Las banderas y colores de la escuela ondeaban por todas partes, y las risas y charlas de los estudiantes se mezclaban con la música y los anuncios a través de los altavoces. A donde iba, Ochako era reconocida y saludada con calidez, y cada cumplido dirigido hacia ella incluía uno hacia Izuku, haciéndolo sonrojar un poco.

Durante los primeros dos cuartos del partido, el juego transcurrió entre aplausos y gritos de ánimo, mientras el equipo de la escuela mostraba su destreza en el campo. Sin embargo, Izuku aún no había notado la presencia de Katsuki en el juego, y, para ser honesto, eso no lo hacía sentirse aliviado. En la tercera parte del partido, tras una jugada especialmente emocionante, aprovechó para acercarse a la tienda a comprar una bebida. Antes de que Izuku se dirigiera a la tienda, Ochako le lanzó una mirada curiosa y preguntó:

- Oye, ¿sabes por qué Katsuki no está jugando? - Izuku frunció el ceño, fingiendo no estar un poco ofendido.

- ¿Por qué debería saberlo? No soy su amigo ni nada. No tengo idea de sus asuntos. - Ochako rio suavemente, cruzando los brazos con una mirada divertida.

- ¿Ah, no? Bien, entonces, ¿Cuánto hace que no hablan? - Izuku, algo incómodo, evitó su mirada.

- Una semana, tal vez algo más. Desde la última vez que... bueno, que le dejé claro que no me interesaba su insistencia. - Ochako sonrió, divertida, y se encogió de hombros.

- Bueno, si no lo ves en el partido, seguramente lo verás en la fiesta después. - Izuku se detuvo, sorprendido.

- ¿Fiesta? ¿Te refieres a la de Mina?

- No, no, no, - aclaró ella, negando con la cabeza. - Esta es solo una celebración después del partido. En casa de uno de los amigos de Tenya, Shoto Todoroki.

Mientras se alejaba hacia la tienda, el comentario de Ochako le dejó una sensación extraña. Ahora que Katsuki se había convertido en un constante rompecabezas en su vida, le inquietaba la idea de verlo otra vez en un entorno diferente. Así que, aunque intentó despejar su mente mientras caminaba, no podía dejar de pensar en lo que implicaría verlo esa noche.

Mientras pedía, escuchó una voz familiar a su espalda, una voz profunda y segura que le causó un leve escalofrío.

- ¿Qué tal el partido?

Katsuki se acercó sin hacer ruido, y su voz a sus espaldas hizo que Izuku diera un respingo. - Me dijeron que no venías a los partidos.

Izuku se dio la vuelta, encontrándose de nuevo con esa expresión traviesa en el rostro del rubio. Katsuki estaba de pie con las manos en los bolsillos, su camiseta casual y sus pantalones casuales lo tomaron por sorpresa. - Normalmente no. - admitió Izuku, tratando de sonar casual. - solo vine porque hoy dormiré en casa de Ochako.

Katsuki asintió, sus ojos encendidos por esa chispa de curiosidad.

- ¿Y tú? ¿Por qué no estás jugando?

୧ ‧₊˚ 𝐋et me in. 🍂 ⋅ (bkdk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora