Los focos iluminaban el set de Grotesquerie, la película que prometía causar sensación incluso antes de su estreno. La historia seguía a un sacerdote atormentado, interpretado por Nicholas Chávez, y a una novicia en conflicto, papel que encarnaba Tn. El ambiente era denso, cargado de una tensión que parecía envolver a todos, transformando cada escena en un juego entre la luz y la oscuridad.
En una toma crucial, ambos se encontraban en el altar de una iglesia antigua, rodeados de velas que parpadeaban como si fueran testigos silenciosos de su lucha interna. La escena requería que Tn expresara su confusión sobre sus sentimientos hacia el personaje de Nicholas. Ella estaba completamente inmersa en su papel, cuando, de repente, una mirada intensa de Nicholas la hizo titubear.
—¿Padre...? —comenzó, intentando recordar sus líneas. Pero la forma en que él la miraba, con esos ojos profundos llenos de emoción, la desarmó.
—¿Tú...? —se detuvo, mordiendo su labio con la frustración de haber perdido el hilo. La sala estalló en risas, interrumpiendo la atmósfera tensa que habían creado.
—¡Corte! —gritó el director, aunque sonriendo—. ¿Estás bien, Tn? Pareces haber visto un fantasma.
Tn se rió nerviosamente, consciente de que la culpa era de Nicholas.
—Estoy bien, solo que alguien aquí tiene un don especial para hacerme perder la concentración —replicó, lanzándole una mirada burlona.
Nicholas se llevó la mano al corazón, como si se sintiera herido por la acusación.
—¿Yo? ¿Interrumpirte en un momento tan espiritual? —dijo, con un tono dramático que hizo reír a todo el equipo.
Tn rodó los ojos, aún sonriendo. Mientras el equipo se preparaba para repetir la escena, ambos se retiraron al camerino. Sentados en un rincón, cada uno sosteniendo una taza de café, comenzaron a reír sobre lo sucedido.
—No puedo creer que me hayas hecho perder la línea —dijo ella, tomando un sorbo de su café.
—Tal vez la culpa sea del guion, ¿quién puede concentrarse con un sacerdote tan guapo frente a ella? —bromeó Nicholas, guiñándole un ojo.
Tn sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo ante sus palabras, pero se obligó a mantener la compostura.
—Sabes que me estás poniendo en un aprieto, ¿verdad? —replicó, tratando de mantener un tono juguetón.
—¿Aprieto? Solo estoy cumpliendo con mi papel —dijo él, acercándose un poco más—. Además, esta es la única oportunidad que tengo de hacer algo romántico en esta película.
Cuando finalmente los llamaron de nuevo al set, ambos se miraron con una mezcla de anticipación y nerviosismo. La escena debía repetirse, y esta vez, Tn estaba decidida a concentrarse.
El director dijo "acción", y la tensión volvió a llenar el aire. Tn se preparó, canalizando toda la emoción del momento.
—Padre... —comenzó, esta vez con más firmeza, pero antes de continuar, una nueva mirada de Nicholas, esta vez más intensa, la desvió una vez más. Ella se detuvo en seco.
—No olvides que no solo es un padre, es un hombre de Dios —susurró él, bromeando, justo antes de que el director pudiera interrumpir.
Risas nuevamente estallaron, y cuando finalmente lograron hacer la toma, la química entre ellos era evidente. El diálogo fluyó, y Tn se sintió más conectada con su personaje, así como con Nicholas. La escena terminó con una tensión palpable entre sus personajes que, incluso tras "corte," dejó a todos en un estado de expectativa.
El director, claramente satisfecho, se acercó a ellos.
—Eso fue perfecto. La química que tienen es impresionante. Tal vez debamos dejar que el guion se deslice un poco más...
Nicholas sonrió, sintiendo que las palabras del director resonaban en lo que había comenzado a sentir por Tn. Después de la escena, se dirigieron a un rincón del set, un poco más lejos de las miradas curiosas del equipo.
—Creo que deberíamos repetir la escena... solo para practicar, claro —dijo Nicholas con una sonrisa traviesa.
Tn arqueó una ceja, dispuesta a seguirle el juego.
—¿Y cómo se supone que vamos a hacer eso? —preguntó, su voz llena de un aire de desafío.
Nicholas se acercó más, con esa mirada que prometía mucho más de lo que estaban dispuestos a admitir.
—Podríamos improvisar, como lo hicimos antes. Pero esta vez, tú te quedas cerca de mí —susurró, guiñándole el ojo.
Ambos comenzaron a ensayar de nuevo, pero esta vez, la atmósfera era más ligera y juguetona. Se acercaron el uno al otro, simulando los movimientos de la escena con una energía palpable. Nicholas se inclinó hacia ella, y Tn se sintió atraída por la proximidad.
—Es como si el personaje del padre quisiera confesarte más que solo pecados —dijo él, una risa nerviosa escapándose de sus labios mientras seguían actuando.
—Tal vez eso es exactamente lo que la novicia necesita —respondió ella, sintiendo cómo la tensión se intensificaba, mientras ambos se perdían en el juego.
Cuando terminaron la segunda toma, se separaron, con las respiraciones entrecortadas y sonrisas traviesas. Tn se sintió más viva que nunca.
—Esto es un desastre —dijo ella, riendo—. Nunca pensé que actuar como monja sería tan... divertido.
—Lo sé, ¿verdad? —replicó Nicholas, mientras él se secaba una lágrima de risa—. Definitivamente, esto no era lo que esperaba al interpretar a un sacerdote.
El director los llamó de nuevo, y al regresar al set, Nicholas decidió hacer una última broma para liberar la tensión.
—Recuerda, Tn, si alguna vez necesitas confesar tus pecados, solo tienes que llamarme. Estoy aquí, dispuesto a escuchar —dijo, tratando de mantener una cara seria, pero la risa fue inevitable.
Tn se rio y le dio un empujón juguetón.
—¡Eres un desastre! No sé cómo te toman en serio como sacerdote en la película.
Mientras se preparaban para la siguiente toma, ambos sabían que la conexión que habían forjado iba más allá de la actuación. Había algo más profundo, algo que resonaba en cada risa compartida y en cada mirada intensa. La historia que estaban creando en el set tenía el potencial de ser mucho más que una simple película; podría ser el comienzo de un romance real.
Con cada toma, la química entre ellos crecía. Sus miradas se cruzaban con más frecuencia, y los toques se volvían más cercanos. Se dieron cuenta de que estaban improvisando no solo en el guion, sino también en sus corazones.
Finalmente, cuando la escena concluyó y se apagaron las luces, Tn y Nicholas se encontraron solos en el set, rodeados por las sombras que danzaban en la penumbra.
—Creo que hemos hecho más que solo actuar hoy —dijo Tn, sintiendo que el aire entre ellos estaba cargado de posibilidades.
Nicholas se acercó, tomando su mano con suavidad.
—A veces, lo mejor de un guion es lo que no se escribe —susurró, mirándola intensamente—. ¿Te gustaría salir a cenar? Tal vez podamos ver cómo se desarrolla esta historia fuera del set.
Tn sonrió, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
—Me encantaría —respondió, sabiendo que lo que había comenzado en ese oscuro set de grabación estaba a punto de convertirse en una aventura emocionante y romántica.
Ambos salieron del set, dejando atrás las luces y las sombras, listos para explorar un nuevo capítulo de su historia, uno que prometía ser mucho más intrigante que cualquier guion.