El estadio estaba repleto de luces, gritos y emoción. Esa noche era especial para Tn. Había trabajado incansablemente en su gira y se aseguraba de que cada show fuera inolvidable. Pero esta vez, había un toque extra de adrenalina en su actuación, porque entre el público, en una de las mejores zonas del lugar, estaba Nicholas Chávez. Había logrado invitarlo, asegurándose de que su lugar fuera lo suficientemente cercano para que pudiera ver hasta el más mínimo detalle de su show.
Nicholas. Ese chico de sonrisa encantadora y ojos intensos que siempre había despertado algo en ella. Aunque nunca habían pasado de miradas y comentarios casuales, esta noche quería hacerle saber lo que significaba para ella, aunque fuera de una manera indirecta, a través de su actuación. Era ahora o nunca.
La música comenzó, y la multitud enloqueció. Las luces se enfocaron en ella, y desde el escenario, Tn pudo ver a Nicholas entre la multitud. Estaba ahí, mirándola con esa mezcla de admiración y sorpresa, completamente inmerso en su presentación. Ella sonrió, sintiendo cómo sus nervios se desvanecían al verlo.
Con cada canción, Tn se movía por el escenario con una confianza y sensualidad que cautivaba a todos. Pero había ciertos momentos, ciertos gestos y miradas, que solo dirigía hacia él. Durante una de sus canciones más sensuales, se acercó al borde del escenario, sus ojos buscando los de Nicholas. Cuando los encontró, sintió un escalofrío recorrerle la piel. Sabía que él lo sentía también; esa conexión era innegable.
Nicholas no quitaba la mirada de ella ni un segundo. Parecía hipnotizado, como si cada nota y cada movimiento fueran solo para él. Tn se acercó más, manteniendo sus ojos fijos en los de Nicholas, cantando como si estuviera revelando sus sentimientos en cada palabra.
En un momento, decidió llevar las cosas un paso más allá. Extendió su mano hacia el público y, sin dudar, señaló en su dirección. La multitud se alborotó, pero Nicholas, atónito, comprendió que el gesto era para él. Una sonrisa nerviosa apareció en su rostro, y ella le devolvió una mirada que mezclaba seguridad y misterio.
Al terminar la canción, el público estalló en aplausos, pero Tn solo tenía ojos para una persona. Al terminar la última canción, sin pensarlo dos veces, envió un mensaje al equipo de seguridad para que lo llevaran al backstage. Se sentía impaciente, con el corazón latiendo rápido, mientras esperaba su llegada.
Pocos minutos después, la puerta se abrió y él entró, luciendo un poco sorprendido pero con esa sonrisa encantadora que siempre lograba desarmarla. Nicholas dio unos pasos hacia ella, sus ojos recorriéndola con admiración y algo más, algo que ella había estado esperando ver en él desde hacía mucho tiempo.
—Así que, ¿esa actuación era para mí? —preguntó él con una sonrisa divertida, pero su mirada revelaba que había entendido el mensaje.
Tn se acercó, desafiándolo con la mirada, sin decir una palabra. Su silencio hablaba más que mil respuestas. Nicholas levantó una ceja, claramente intrigado y cautivado por esa actitud.
—¿Qué opinas? —murmuró ella, manteniendo su tono bajo y misterioso.
Él se rió suavemente, acortando la distancia entre ambos. Ahora, estaban lo suficientemente cerca como para que cada susurro y cada suspiro fuera claramente perceptible. Tn sentía su corazón acelerado, y podía jurar que Nicholas estaba igual.
—Creo que has dejado muy claro el mensaje —dijo él, inclinándose ligeramente hacia ella, sin romper el contacto visual.
El ambiente era eléctrico. Ninguno de los dos rompía la tensión, y cada segundo hacía que esa energía entre ambos creciera más. Nicholas levantó una mano y la deslizó lentamente sobre su mejilla, sin dejar de mirarla a los ojos, como si quisiera asegurarse de que ella también estaba completamente sumergida en ese momento.
—No sabes cuánto he esperado esto —susurró, su voz grave y cargada de emoción contenida.
Ella cerró los ojos un segundo, sintiendo el toque cálido de su mano, y cuando volvió a abrirlos, lo miró con una intensidad que dejó claro que lo quería tanto como él a ella.
Nicholas no necesitó más señales. Su mano se deslizó suavemente hasta su cintura, atrayéndola hacia él con una confianza que derrumbaba cualquier barrera que hubiera existido entre ambos. Sus miradas se encontraron por última vez antes de que se fundieran en un beso apasionado, lleno de todo lo que habían guardado durante tanto tiempo.
El sonido del estadio y el bullicio exterior parecieron desaparecer. En ese instante, solo existían ellos dos, como si el mundo se hubiera detenido para presenciar ese momento. Sus labios se movían al compás, explorándose mutuamente con una pasión contenida que, finalmente, habían dejado salir.
Al separarse, ambos respiraban agitados, pero sus sonrisas delataban la alegría y el alivio de finalmente dejar de lado las dudas y permitirse sentir.
—Esto es solo el comienzo —susurró él, mirándola con esa mezcla de ternura y deseo que la había conquistado desde el primer momento.
—Entonces, no dejemos que termine —respondió ella, tomando su mano con fuerza, como si nada ni nadie pudiera interponerse entre ellos.
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