Predadores (pausada)

Capítulo III

Agencia Central de Inteligencia.

El corazón me empezó a latir más y más rápido. Después de cada latido, sentía que el pecho me iba a explotar.

No sabía como reaccionar a la situación.

El grupo cada vez estaba más cerca, debían ser unas cuatro o cinco personas, todas caminando desde el bosque hacia nuestra dirección. Nos superaban en número, y era probable que en armas también. Lo único que llevábamos eran dos cuchillos y un hacha que habíamos encontrado mientras escapamos de la ciudad. No debía ser muy lista para saber que si nos atacaban, terminaríamos muertos.

Fuimos hacia un árbol que se ubicaba unos metros atrás del auto, si nos querían robar las provisiones, podíamos verlos y reaccionar. Yo estaba apoyada en la espalda de Levi, este se asomaba cada varios segundos, para ver donde se encontraba el grupo.

Ya estaban siguiendo de largo, cuando salí de mi escondite y con las manos en alto, como si fuese un criminal, hablé.

—Hola, escuchen —solté, las manos me temblaban y si no fuera por que sabia que Levi estaba ahí conmigo, no hubiera salido. Al mismo tiempo que pronuncié mis palabras, las cinco personas, ahora podía contarlas con facilidad, se dieron vuelta para mirarme—. Estamos solos y nos gustaría ir con ustedes, veo que se dirigen hacia el sur, nosotros también lo hacemos.

Levi frunció el seño e hizo un gesto de desaprobación a lo que estaba diciendo.

Del fondo del grupo, avanzó hacia mí un hombre de mediana edad, algo más grande que nosotros y me miró con una sonrisa parecida a las de las propagandas de pastas de dientes.

-—"Estamos solos". ¿Por qué lo dices en plural? Solo te veo a ti —respondió. Yo empujé a Levi fuera del tronco y el hombre continuó hablando— Ah ya veo, tu novio y tú, bueno no será de ninguna molestia que vengan con nosotros. Mientras más seamos mejor.

Evite el "tu novio" porque en ese momento, era lo que menos importaba: Qué relación tenía yo con el joven de ojos envidiables.

De pronto se escuchó a una voz femenina decir que era una locura llevarnos con ellos a "la Agencia Central de Inteligencia".

Al oír sus palabras una mirada de confusión salió de mi rostro.

—Son solamente ustedes, ¿no? —habló el primer hombre mientas alzaba una ceja y yo asentí con la cabeza—. Esta bien, me llamo Ethan, vamos hacia la ACI, un viejo amigo trabajaba ahí. Deben poder darnos alguna respuesta sobre lo que esta pasando. Sobre esta enfermedad. La electricidad ha dejado de funcionar y muchos hablan sobre que ellos brindan un espacio para pasar la noche al menos unos días.

—Levi, es lo que necesitamos, respuestas. Solos no podremos hacer mucho. —Dije y continué con una sonrisa— hazlo por tu padre, ¿no crees que le gustaría verte ayudando a los demás? La gente esta muriendo, al menos así no nos quedamos sentados pensando en solamente nuestra supervivencia.

Al principio dudó, pero después de unos minutos habló.

—De acuerdo. ¿Cómo es que están tan seguros de que ellos pueden ayudar o tener una respuesta? —Preguntó con un tono grave y serio.

—Tenemos un campamento, unas cuadras hacia el bosque, salimos a explorar. Sabes, hace dos días que venimos escapando de esos locos y todas las personas que nos cruzamos hablan de la CIA y de la posibilidad de que ellos sepan algo. Son científicos especializados. Pueden estar trabajando en una cura. Y además, mi viejo amigo puede darnos un lugar donde estar seguros.

¿Un campamento? ¿Habían más personas? ¿Y si mi hermana o mi padre estuvieran ahí? No eso no lo creía. Pero esa gente me dio las esperanzas que había perdido, al ver a ese demente intentar matarnos.