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𝕮APITOLO 𝕼UINDICI : belong to you ♱
TENEBROSA TENTACIÓN fue lo que sintió Charlotte al ver al moreno esperarla en la puerta de salida. Su mirada delataba melancolía y tristeza. Sus ojos enrojecidos y sus mejillas hinchadas lo hacían ver con un rostro entristecido pero sereno al mismo tiempo. La morena sabía que volverían a encontrarse y había imaginado aquel momento un millón de veces, pero jamás hubiera pensado que sería nada más y nada menos que en ese preciso instante.
— ¿Nicholas?
— Charlotte. — logró pronunciar el moreno.
La modelo dejó su orgullo a un lado, dejando sus cosas en mitad del aeropuerto para ir corriendo a abrazar al verdadero hombre de sus sueños y su perdición más anhelada.
Ambos se fundieron en un profundo abrazo durante largos minutos que se convirtieron en instantes. Las mejillas de ambos no pudieron evitar sentirse humedecidas por las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos en cualquier momento.
— Creí que te había perdido para siempre. Cuando vi la noticia con Drew, pensaba que te había perdido, Char. — confesó Nicholas.
Charlotte admiró el rostro enrojecido del moreno, cubierto de vergüenza en sus mejillas sonrojadas. Acariciando una de éstas, sonriendo con ternura.
— Pensaba que te había perdido yo a ti, Nick. Cuando vi las imágenes con aquella rubia, me imaginé lo peor. — contrarrestó la morena.
— Ya sabes lo odiosa que puede llegar a ser la prensa rosa. Natalie es tan sólo una amiga y compañera de trabajo de Coops. Estábamos comiendo mientras me comentaba su paso por la iglesia y sus acciones con la caridad cuando un paparazzi nos fotografió. Tú eres la única que alberga mi corazón, Charlotte. Por ti decidí dejar el sacerdocio y lo haría una y otra vez por probar esos labios tuyos que me matan con sólo verlos.
Charlotte, enternecida por aquella confesión, bajó la mirada hacia la boca del moreno y acortó la poca distancia que quedaba entre ambos.
Era un beso lleno de deseo, de desesperación. Ella quería besarlo con todas sus fuerzas así como él se moría por volver a probar el sabor a cereza y vino de sus labios. Sus lenguas batallaban y sus pulmones aclamaban oxígeno.
Nicholas tomó su mandíbula con exasperación, profundizando el beso, mientras la morena rodeaba sus brazos alrededor de su cuello, tomando con fuerza los mechones de su cabello castaño.
