Capítulo 43- Sospechas insanas

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Capítulo 42

Sospechas insanas

"La sospecha divide y debilita la confianza, la verdad y la unidad"

Luis Gabriel Carrillo Navas

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México.

Culiacán Rosales

KRYSTEL

El mundo parece detenerse a mi alrededor, los demás desaparecen, los carros, las personas, sólo siento mi corazón acelerado como un tren, pum, pum, pum, está vuelto loco, además de mi respiración incontrolable

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El mundo parece detenerse a mi alrededor, los demás desaparecen, los carros, las personas, sólo siento mi corazón acelerado como un tren, pum, pum, pum, está vuelto loco, además de mi respiración incontrolable. Portillo en busca de algo en mí, aunque no sé qué con exactitud, está loco, eso sí.

—¿Qué demonios quieres? ¿qué buscas aquí? —escupo con la mirada amenazante, pero a un hombre tan imponente como este, poco le importa. De pronto, otros dos escoltas aparecen como si fueran los hombres de negro, uno incluso lleva un fusil M16, todos mirándome como si esperarán la mínima preocupación para coserme a plomo, «Estoy en desventaja, no mamen»

—Una cita contigo... —dice con burla y bufo incrédula—. Tengo muchas cosas para decir, como, por ejemplo, discutir como casi me matas en mi hacienda.

—¿Una cita? ¿crees que cumpliría sabiendo que eres un traficante de mierda? —replico con resentimiento—. Es una trampa mortal, ¿me crees tonta?

—No te veo como tonta, al contrario, hay que ser muy inteligente para llevar una doble vida —presume porque él también la lleva un así—. Te necesito... ¿Y si logro ayudarte a destruir a la Boss?

—¿De qué coño hablas?

—Aleksandra es una demente lunática, está fuera de control y tiene en su poder dos sustancias especiales...

—El Hipnos y el Tánatos, aparte de los dioses del olimpo, dime algo que no sepa.

—Vaya, estás muy bien informada, como para ser la oveja negra de la familia. Tienes un espía dentro de La Hermandad, te he pillado —se carcajea como si el lunático fuera él—. Claro, ella lo dijo, hay un sapo entre sus filas, pero espero no lo encuentre, está furiosa, es capaz de cualquier cosa.

—¿Qué te importa eso? ¿por qué quieres traicionar a tu socia favorita? Es absurdo y suena a trampa mortal... ella te envió, ¿verdad? Eres un maldito esbirro que...

De pronto se me avecina tomándome del cuello para estrellarme contra el auto más próximo con tanta fuerza que me saca el aire, dejándome aturdida por unos momentos. La alarma del auto suena con el impacto y llama la atención, pero para mi desgracia, no hay nadie por aquí, aunque Nicolás debe estar a punto de regresar. Él se me acerca hasta dejar su boca contra mi oreja.

SEÑORÍO: DP #1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora