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"Le digo, son solo exageraciones de muchachitas, que a esa edad solo se ponen a hablar lo que les parece. Aunque ahora que me escucho a mí mismo, me parece extraño el cómo me contaban todo con tanto afán y detalle. Me parece una historia muy bien pensada."- Dijo el muchacho.

-Don Josué no dijo nada, y solo calló, ambos solo callaron. Su silencio se esparció por la camioneta.

-No tomaron en cuenta al silencio, y ambos disponen de dirigir sus miradas hacia afuera y observan el vaivén de los árboles, y como estos bailan junto al viento, al macabro canto de los cuervos.

-Durante el viaje, a don Josué le empezó a inquietar el sentirse entre el medio de tanto monte, y tanta soledad. Lo hacía sentir vulnerable, y al acecho de cualquier cosa que pudiera estar allí. Entre su pensar, abre bien sus ojos, y le parece ver a un ser extraño en la carretera, al lado de los montes.

-Empieza a sudar frío y siente como su corazón empieza a acelerar repentinamente al ver aquello que estaba ahí parado firmemente. Mientras más fijaba su mirada en aquel ser, más se hundía en la desesperación de su respirar, y de su pensar.

-Aquella criatura se veía rodeada de luz, aún en la eterna oscuridad, como si aquella quisiera que él notase su presencia. 

-Don Josué siente como esta le penetra en el pecho, con su mirada de muerte. Siente como aquella criatura puede mirar hasta adentro de su alma.

-De repente, se vio a él mismo cayendo en un vacío. Cayendo junto a la desdicha de sus miedos y de sus pensamientos. Sentía como su mirada se iba perdiendo, y se encontraba con las criaturas más horrendas y demoniacas. Hasta que un bache en la carretera hizo saltar a la camioneta, despertando con escalofríos a Don Josué.

-Aquel salto hizo que su mente se nublara aún más, tanto, que sus palabras querían salir de allí, y finalmente romper el silencio que lo aquejaba.

-Con un nudo en su garganta, hizo un esfuerzo para poder hablar, y le dijo al muchacho.

"Esta noche se siente pesada, muy pesada, y llegar del trabajo, cansado, y sin ánimo, para estar bajo un techo aún más pesado, no me dejará descansar bien."-Dijo entre palabras temblorosas.

-El silencio se había ido de nuevo. Se lo había llevado el viento.

"La verdad que usted si está bien cansado mi Don, tan cansado que ya me está contagiando con su pesadez. Yo también quisiera quedarme a dormir afuera, es más fresco, pero que se le puede hacer."-dijo soltando un bostezo.

-Don Josué solo miró al muchacho, con unos ojos que ya no sabían qué sentir, que ya no sabían que esperar de la noche.

-Se recostó aún más en el asiento, dando con su vista hacia afuera de la ventana. Pero esta vez quiso cerrar sus ojos, y limpiar sus pensamientos con el viento que pasaba por su cara. Quiso dejar a su incertidumbre, que se sujetaba fuerte dentro de él.

-Solo sintió al viento, poniéndose aún más sombrío y aún más frío con cada minuto que pasaba. Hasta que llegaron a Balzar.

Es mejor ver cuando no hay luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora