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-Una calidez en el aire, de pronto invadió. El llanto del hombre en sus adentros se quedó, hasta que una voz suave y fina con un calor abrasador dijo.

"Bueno papito, mejor voy a servirte tu merienda"-Dijo la dulce voz de una muchacha. De su niña.

-Fue en ese instante en el que la oscuridad se había cansado de estar presente, y ya casi a medianoche le cedió el paso a la luz. El foco de la sala se encendió, alumbrando lo que quedaba de aquel extraño momento.

-Ya no se sentía una pesadez, ya solo quedaba el dolor. Ya no se sentía un respirar intenso, solo se podía escuchar la fuerza del viento.

Es mejor ver cuando no hay luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora