Capítulo XIII: Tears in heaven

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Sebastian

El jueves 21 de abril en la tarde, me dirigí de la escuela directo a mi casa, había conseguido un regalo para Vic. No era mucho, pero me esmeré en buscarlo. Conseguí algunos detallitos: una púa de plata en un collar, un libro de fantasía que me había mencionado hace días, no es muy original ojalá no me lo copien; una caja de mochi de té verde, una bolsa de pastelillos miniatura de los que le gustan y una botella de té verde japonesa que encontré en línea junto a los mochi. Además, mi tía se aventuró a adivinar su talla de zapatos y le compró un par de botas como las que suele usar. Llegué a casa de Victoria con las dos bolsas de regalo acuestas y toqué el timbre con nerviosismo. Nunca me voy a dejar de sentir nervioso por hacer esto.


-Hola, cariño, Victoria se estaba empezando a impacientar porque no llegabas.


De detrás de Doña Sofía emergió Victoria, y se me abalanzó de manera que tuve que luchar por no soltar las bolsas de regalo.


-¡Qué bueno que llegaste, ojos grises!

Me da un cálido beso en la mejilla.

-¡Ejem! -sin darnos cuenta J.P estaba detrás de nosotros-. Bueno al menos déjalo pasar.


Ella me soltó de inmediato.


-¡No nos molestes Juan Pablo!

Estaba algo avergonzada, siendo sincero se ve linda así.

-Feliz cumpleaños, Vic -digo presentándole las bolsas-. Esta es de parte de mi tía y esta otra es de mi parte. No es mucho pero espero que te guste.


-No te hubieses molestado -dice recibiéndolas-. Dile a tu tía que muchas gracias.


-A ella se le ocurrió sola -digo riendo-. Sabes cómo es.


-Por supuesto, es un amor-dice pasando a la casa.


-Yo no me había dado cuenta de que los tenía grises...-dice doña Sofía cerrando la puerta.


-¿No? Curioso, es lo primero que noté en el concierto de bienvenida...


Cuando se dio cuenta de lo que dijo se puso roja como fresa...


-Digo... sí mamá, ¿los tiene muy bonitos verdad?


-Así es, cariño, mucho-responde su madre adelantándose por el pasillo-. Siéntete cómodo, Seb, estaré en la cocina, chicos.


En la sala estaban Jonnathan, Ash y dos chicas más que no conocía. Ash me mandó un mensaje apenas me vio entrar por la puerta: «¿ya le diste el collar?». Él me había ayudado a elegir el collar así que quería ver cuándo lo recibiera.

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