Capítulo XI: Moonlight Sonata

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Sebastian

Llego a la escuela como ya es habitual, dejo la bici en uno de los lugares dispuestos en la escuela para eso, entro primero al edificio de música clásica, dejo en el casillero algunas cosas que traigo de más en mi bolso y me dirijo al edificio de bloque común. Entro al aula de matemáticas y bueno ya saben lo que hago siempre: me pongo los audífonos, saco el cuaderno de pentagrama y me pongo a escribir con algunas golosinas en mi mesa.

Mientras tanto veo entrar a Victoria y Priscilla por la puerta, ambas me sonríen, por alguna razón siento que Priscilla ha empezado a competir con Vic.

—Hola chicas —saludo tranquilamente quitándome los audífonos sin levantar la vista del pentagrama—, listas para recibir las notas de matemáticas.

—Emmm —responde Victoria, luego de darme un beso en la mejilla.

—Yo siempre estoy lista, Noldor —responde Priscilla replicando el beso de Victoria.

Charlamos durante un tiempo hasta que veo entrar a Jonnathan también por la puerta.

—Hola, chicos, ¿de qué hablan? —saluda cordialmente, aunque no se ve muy entusiasmado conmigo, nunca lo está.

—La señorita genio de la guitarra se niega a hablar del examen de matemáticas, ¿verdad, rosa? —responde Priscilla con ánimo de molestar.

Vic se trató de tapar la boca robándome uno de los pastelillos que tenía en la mesa.

—Es natural en ella por supuesto —inquirió Jonnathan—. ¿Qué decías la semana pasada? "¿Este examen debería de tener miedo de mí?" "¿Voy a sacar 100 y nadie me detendrá?"

—"Seré la mejor estudiante de matemáticas del año" decía también —responde Priscilla siguiéndole el juego.

Veo como Victoria casi se ahoga con un trozo muy grande de pastelillo. Trato de ayudarla dándole un poco del jugo de manzana que estoy bebiendo.

—Hagan sus apuestas, ¿cuál creen que fue su nota? —dice Jonny de manera burlesca.

—Oye, Seb —trata de intervenir Victoria pudiendo tragar mejor—. Diles algo por favor.

—¿Qué les puedo decir, mea amica? —digo con los brazos cruzados—. ¿Que pasaste toda la noche anterior al examen jugando videojuegos y que vi que te dormiste en medio de él? ¿Eso es lo que quieres que les diga?

—Perfecto... el genio también sabe latín—dice decepcionada—. ¿Podrías al menos tratar de defenderme?

—Victoria, mira, —hice una pausa para pensad—, te dije muchas veces que estudiaras y que trataras de dormir bien, no puedo defenderte cuando de hecho ignoraste deliberadamente todos mis consejos —respondo molesto—. No significa que esté de acuerdo con la forma en la que se burlan de ti.

—¡El elfo ha hablado! —exclama Priscilla.

La ignoro y pongo mi atención en aquel par de ojos pardos que miraban a la puerta con enfado.

—Respondeme sinceramente Vic: ¿Cómo te fue en el examen de historia? —digo mientras me hago una cola de caballo.

Me mira con ojos de odio y cuando sabe que no podrá ganar en un duelo de miradas ante mí se rinde.

—Horrible, simplemente no puedo recordar tantos números y fechas —dice terminado mi jugo de manzana.

—Bueno, déjame ayudarte al menos con esa materia, estoy seguro de que Priscilla te puede ayudar con matemáticas —digo tocándome la barbilla—. Pero debes prometerme que te esforzaras con matemáticas.

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