Capítulo 3: Segunda Incursión

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El destello del portal se desvaneció, dejando a Scratched en la misma extensión helada que había visitado en su primera incursión. A su alrededor, el terreno era tan gélido y tranquilo como lo recordaba, cubierto de nieve y cristalizado en formaciones que reflejaban destellos de luz en tonos azulados y blancos.

Scratched avanzó, observando con más detalle cada rincón. Sabía que este sector contenía las torres que tanto interés despertaban en él mismo. Sus pasos sobre la nieve producían un crujido bajo y continuo, mientras sus ojos se movían rápidamente de un punto a otro, escaneando el terreno.

Recordando el encuentro con los Guerreros de Lyoko, mantenía sus pistolas lanzadiscos listas, pero avanzaba con cautela. Esta vez, no era solo una misión de ataque; cada detalle sobre el sector podía darle una pista sobre el sistema y la forma de acceder a sus territorios bloqueados.

Mientras continuaba caminando, un sonido en la distancia le llamó la atención. Giró la cabeza, sus sentidos alerta, y notó una torre, similar a la que había encontrado antes. Se alzaba en el horizonte, y una nube blanca azulada la rodeaba, pero esta vez decidió observar desde una distancia segura antes de avanzar. La estructura seguía siendo un enigma, y aún desconocía su propósito completo.

Scratched se acercó lo suficiente para ver los patrones de energía que fluían alrededor de la torre, fascinado por la intrincada red de raíces que parecían entrelazarse en la base. Algo en el diseño le recordaba el flujo de energía en su propia tierra de la Cacofonía, pero era más controlado, como si el caos estuviera contenido dentro de un orden rígido.


Scratched: Interesante... este lugar parece una prisión de energía, una contención. Quizás estas torres son la clave para controlar estos sectores.


La curiosidad lo llevó a rodear la torre en silencio, buscando alguna irregularidad o punto débil que pudiera explotar. La teoría de Orchestral sobre conquistar una torre sin alertar a los Guerreros aún rondaba su mente.

Scratched se acercó aún más a la torre, evaluando cada detalle. En un intento por acceder, extendió la mano hacia la base, pero apenas hizo contacto, una vibración repulsiva recorrió su brazo, rechazándolo. Parecía que, a diferencia de la joven de cabello rosado que había logrado entrar, él no tenía el permiso o la habilidad necesaria para penetrar las defensas de la torre.


Scratched: Así que no nos permiten entrar, ¿eh? -Murmuró, su frustración mezclada con una creciente curiosidad- Entonces será cuestión de hacer que esta estructura reconozca nuestra presencia.


Resignado a no poder explorar el interior de la torre en ese momento, decidió que la fuerza sería el siguiente paso. Para ello, llevó la mano a su cinturón y extrajo varios de sus discos de invocación, cargándolos en sus pistolas lanzadiscos con precisión. En una rápida sucesión de destellos, sus tropas comenzaron a materializarse una tras otra sobre el terreno helado.

Primero aparecieron cuatro Peones, con sus armaduras de piedra y garras listas. Inmediatamente después, tres Tiradores tomaron forma a su lado, sus ballestas sónicas vibrando con energía. Pero los últimos en emerger, y los más imponentes, fueron dos nuevos Discordantes: los Gruñones.

Estos seres eran enormes en comparación con los Peones y Tiradores. Su cuerpo robusto y regordete, cubierto en gran parte por una armadura de piedra oscura, les daba una apariencia intimidante. Sus brazos largos y pesados terminaban en puños gigantescos, protegidos por guantes del mismo material. Su cabeza, coronada por una máscara de diseño en espiral, se movía lentamente, evaluando el terreno con una calma inquietante.

Code DiscordanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora