Capítulo 4: Nuevos Retos y Revelaciones

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El brillo tenue del monitor iluminaba la oscura habitación de Jeremie en la academia Kadic. Afuera, la noche avanzaba lentamente, pero para él, el tiempo transcurría de una manera distinta cuando se trataba de proteger Lyoko y a sus amigos. Tras volver de la fábrica, finalmente se había sentado a trabajar en la base de datos de las nuevas amenazas que habían encontrado: los Discordantes.

El teclado emitía un sonido constante mientras sus dedos se movían a gran velocidad, introduciendo la información que había reunido durante la última batalla. Jeremie, enfocado, analizaba los datos recogidos sobre el monstruo Discordante más reciente al que se habían enfrentado. Después de varios minutos, finalmente logró encontrar las estadísticas del Discordante más grande que habían enfrentado, al que el equipo había apodado Gordinflón durante el combate.

Jeremie, con sus gafas empujadas ligeramente hacia adelante, sonrió mientras veía los resultados aparecer en la pantalla.


Jeremie: Así que te llamas Gruñón, ¿eh? Bueno, veamos de qué estás hecho.


Las estadísticas del Gruñón se desplegaron frente a él:

Gruñón
Puntos de Vida: 80
Estatura: 200 cm
Peso: 30,5 kg
Velocidad: 3/10

Ataques:
Puñetazo: 25 puntos
Bala de Cañón: 60 puntos
Onda de choque: 20 puntos


Jeremie tomó nota mental de cada detalle. Este Discordante, aunque no era particularmente rápido, podía causar un daño devastador si lograba acertar con sus ataques. Recordó el momento en el que Ulrich y Yumi se enfrentaron a él y cómo ambos habían sido golpeados por la onda de choque que el monstruo había provocado al lanzarse como una "bala de cañón". Era evidente que el Gruñón era un rival formidable, uno que requeriría una estrategia específica para ser derrotado.

Jeremie, recostándose en su silla, dejó escapar un suspiro de cansancio, aunque no sin una chispa de determinación en sus ojos.


Jeremie: Si queremos tener una oportunidad contra estos tipos, necesitamos entenderlos mejor. Esto es solo el comienzo.


Sus pensamientos se trasladaron hacia sus amigos. Sabía que todos estaban exhaustos. La batalla había sido larga y complicada, y cada nuevo encuentro con los Discordantes revelaba lo peligrosos que podían llegar a ser. Pero también había algo claro: el equipo de Lyoko estaba más unido que nunca, y no se darían por vencidos.

Apago el ordenador. Era tarde, y aunque había logrado nuevos avances, entendía que todos necesitaban descansar. Mañana, la rutina de la academia continuaría, y debía estar preparado tanto para las clases como para lo que Lyoko pudiera traerles.

Con un suspiro final, Jeremie se acomodó en su cama, permitiendo que el agotamiento lo envolviera. Sabía que un próximo enfrentamiento estaba a la vuelta de la esquina, pero estaba decidido a estar preparado, a enfrentarse a la amenaza de los Discordantes con todo lo que tenía.


—Tiempo después, en la Fábrica—


La pantalla de la computadora en la fábrica mostraba la imagen de Aelita, observaba a Jeremie con seriedad desde el otro lado. El rostro de Jeremie se veía concentrado mientras procesaba la información que Aelita le estaba transmitiendo sobre los Discordantes y sus intenciones en Lyoko.

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