Entre besos... y golpes.- Cap. 12

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La noche había caído sobre el barco, y un silencio casi absoluto reinaba mientras la tripulación descansaba. Sin embargo, Killer, el rubio de cabello largo y enmascarado, aún rondaba los pasillos, buscando algo para saciar su hambre nocturna. Con pasos silenciosos, se dirigió hacia la cocina, esperando encontrar algún bocadillo.

Al llegar, una escena bastante inesperada lo recibió. En el sofá de la sala, a unos metros de la cocina, estaba Heat, profundamente dormido. El pelirrojo tenía la boca completamente abierta, roncando sin ningún pudor y con una cantidad considerable de baba escapando de su boca, formando un pequeño charco en la almohada. Killer se detuvo, observando el espectáculo con una mezcla de diversión y exasperación.

—Dios... —murmuró, llevándose la mano a la frente—, ¿en serio?

Después de un instante de indecisión, Killer suspiró y se acercó a su compañero dormido. Se inclinó y lo sacudió suavemente por el hombro, intentando despertarlo.

—Eh, Heat, despierta —dijo, tratando de no alzar demasiado la voz.

Heat gimió y entreabrió los ojos, claramente desorientado. Parpadeó varias veces y luego, en un murmullo apenas audible, dijo:

—¿...______, eres tú?

Killer alzó una ceja, claramente confundido.

—¿Qué? —preguntó, tratando de entender qué estaba pasando por la mente de Heat.

Heat bostezó profundamente, cubriéndose la boca mientras se limpiaba las lágrimas que el bostezo había provocado.

—Ah... pensé que eras ella, ______ estaba aquí hace un momento —balbuceó, aún medio dormido, mientras intentaba acomodarse de nuevo en el sofá.

Killer siguió la mirada de su amigo hacia la cocina y notó que algunas de las gavetas estaban entreabiertas, específicamente las que guardaban el botiquín de emergencias. Fue entonces cuando comprendió.

—Cierto, ella mencionó que iba a curar a Kid más tarde —murmuró, y luego volvió su atención a Heat, quien ya estaba cabeceando nuevamente.

—Vamos, será mejor que te lleve a tu habitación antes de que duermas aquí —dijo Killer, tomando a Heat por el brazo y ayudándolo a levantarse.

—¿Y cómo vas? —preguntó Killer, manteniendo la conversación en un intento por mantener a Heat despierto.

Heat asintió, aún en un estado de somnolencia profunda.

—Soñé que estábamos en el mar... todos juntos... y había ballenas, enormes... —dijo Heat, con una voz casi soñadora—. Entonces, los marines nos emboscaron... empezaron a disparar a las ballenas, ¡fue horrible! Pero... ______ las curó y después... volvimos a la fiesta... —concluyó, soltando una risa floja.

Killer suspiró, divertido.

—Amigo, ¿bebiste algo? —preguntó, sospechando que su compañero había aprovechado para tomar algún brebaje en la noche.

—Quizá olí un par de botellitas de ese botiquín... —confesó Heat, soltando una risita nerviosa.

Killer soltó una risa ligera, dándose cuenta de que la presencia de ______ había influido en la tripulación, incluso en los sueños de sus compañeros.

—Tienes que dejar esas cosas —bromeó Killer, llevándolo a paso firme por el pasillo.

Sin embargo, justo cuando pasaban frente a la habitación de Kid, Heat, en su estado de confusión, confundió la puerta con la de su propia habitación y, sin pensarlo, extendió la mano hacia la perilla.

Fiera Roja. (Tú x Eustass Kid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora