Salvatore Porta Nuova | 30 Meses antes
Frustrado, le doy un fuerte puñetazo al escritorio de mi despacho.
-Ocho putos meses, y ni las migajas del pan hemos encontrado Joder! ¡Es imposible que la jodida tierra se la haya tragado!- Exclamó y miró a Alessandro, a los ojos que permanece inmóvil desde que llegó.
-Señor, hemos contratado a tres compañías de investigación y seguimos sin encontrar ni un solo rastro de ella - Me informa con cautela.
-¿Qué me estás insinuando, Stronzo[Estúpido]? -Le espetó en tono cortante.
-Bueno, señor, con todo respeto de que quizás la señorita No...
-Señorita Nightingale para ti.- Menciono con frialdad.
Alessandro carraspea antes de continuar.
-Bueno, señor, con todo respeto, quizás la señorita Nightingale esté... muerta.
-No lo está.- Respondo, clavándole mi mirada como si mil navajas en un momento fueran a atravesarle la cabeza.
-¿Cómo está seguro señor?- Insiste.
-Porque lo sé -le digo con firmeza-. Ahora vete y asegúrate de que siguen buscándola.
Asiente
Ya está saliendo de mi despacho cuando le digo una cosa más
-Y más te vale encontrarla, si no quieres que te castre.- Amenazó, tirando de mi pelo hacia atrás acomodándome el pelo.
-Si señor.- Dice sin temblarle la voz y terminando de cerrar la puerta.
Furioso, agarró el vaso que tenía a un lado y lo estrelló contra la puerta principal.
-¡Coglione![¡Carajo!] Dónde estás mujer.- Murmuró con rabia.
Si quiero encontrarla, tendré que hacer algo que me repugna, llamar a ese jodido bastardo.
No quise hacerlo antes, pero ahora no me queda más remedio.
Si lo hubiera hecho antes, quizás ella ya estaría a mi lado. Odio tener que reconocer que ese Stronzo es bueno en su trabajo.
Agarro mi teléfono y decido marcar al número que se me de memoria.
Suena un repique
El otro
Al tercero el estúpido me contesta.
Me preparo para la inevitable llamada que inevitablemente me sacará de mi tranquila soledad.
-Pero qué tenemos aquí.- Comenta emocionado.- A qué se debe que Il Principe delle Tenebre[El príncipe de las tinieblas] me esté llamando este espléndido día?
-Basta con le sciocchezze[Basta de las tonterias], Stefano.- Respondo con un tono irritado
-Sempre così amareggiato, fratellino.[Siempre tan amargado, hermanito]- Ríe
- Te recuerdo que eres mayor por tres minutos, Stronzo[Estúpido]
- Sigo siendo mayor, fratellino[Hermanito]. Ahora dime, ¿qué es lo que quieres? Ambos sabemos que no me llamas por gusto.
-Ah, adoro tu franqueza, fratello[Hermano].- Le digo con un toque sarcástico.
- Adori tutto di me.[Adoras todo de mi]- Réplica con arrogancia
- Como sea. Necesito que encuentres a una chica.
- ¿Estás interesado en una Ragazza[Muchacha]? ¿Que jodida mierda hiciste ahora?
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El sosiego de tu voz
RomantikSilencio. Un oasis en el desierto de su mente. Algo que Noah anhelaba desde niña, una calma que nunca había conocido. Sus días eran un caos ensordecedor, una sinfonía de voces que la juzgaban e ignoraban sus deseos. ¿Acaso era tan difícil perderse...
