Capítulo 37

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—¿Quieres que vaya contigo? —Nayeon dejó de acariciar su cabello y la miró atentamente

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—¿Quieres que vaya contigo? —Nayeon dejó de acariciar su cabello y la miró atentamente. Están acostadas en la cama de la mayor, la menor está usando medio cuerpo de la castaña como almohada.

Jeongyeon asintió débilmente, sintiéndose realmente cansada de forma física. Tomó la mano de Nayeon y acarició suavemente sus nudillos, intentando no quedarse dormida en la cama.

—Tengo miedo —Fue un murmullo, como si estuviera avergonzada de confesar eso— Me sentiría mejor si estas a mi lado —No subió la vista, jugando distraídamente con los dedos de Nayeon.

La mayor sonrió dulcemente, acercándose a besar su frente suavemente. Se acomodó más contra la almohada, acercando más el cuerpo de Jeongyeon contra el suyo, cerrando los ojos— Iré contigo si eso te hace sentir mejor. Ahora duerme, que es tarde —Su tono de voz apacible fue bajando de volumen hasta que se convirtió en susurro.

Jeongyeon no necesitó nada más para caer dormida en cuestión de segundos, sintiéndose protegida entre los brazos de Nayeon, la protección que necesitaba sentir en estos momentos.

El auto de Nayeon se mantuvo en completo silencio, ni siquiera Jihyo en la parte trasera soltó sonido alguno en todo el trayecto hasta el lugar escrito en el papel que Seungyeon le entregó a Jeongyeon

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El auto de Nayeon se mantuvo en completo silencio, ni siquiera Jihyo en la parte trasera soltó sonido alguno en todo el trayecto hasta el lugar escrito en el papel que Seungyeon le entregó a Jeongyeon.

En cierto momento, después de notar que Jeongyeon se jugaba mucho las manos, alcanzó una de estas y la entrelao con la suya, brindándole una pequeña sonrisa que tranquilizó un poco a la menor.

Jeongyeon no sabe cómo manejar esta situación en lo absoluto, y se le ocurren tantas maneras de hacerlo que no sabe cuál es la correcta, por lo mientras, su pierna no para de subir y bajar, sentada en unos pequeños bancos, en medio de Nayeon y Jihyo. Parecen estar en un bufete de abogados bastante privado, así que el tecleo de varias laptops y pasos de un lado a otro la estaban poniendo más nerviosa de lo normal.

Sus dos acompañantes mantienen la mirada apartada del documento que no hace más de dos minutos le entregaron sin palabra alguna. Se mantiene bastante concentrada leyendo lo que puede con algo de trabajo –está escrito a mano– de la copia del testamento que le entregaron hasta que la interrumpieron.

Mommy's Baby || 2Yeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora