Capítulo 1: Primera Posición

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Esa noche, el estudio estaba vacío y en silencio, algo que siempre me resultaba reconfortante

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Esa noche, el estudio estaba vacío y en silencio, algo que siempre me resultaba reconfortante. Las luces tenues creaban sombras suaves en las paredes, y el aroma familiar a madera pulida me envolvía como un abrazo conocido. Aunque ya no bailo profesionalmente, la danza sigue siendo mi refugio, el lugar al que vuelvo cuando quiero recordar por qué amaba esto. Fue en ese momento, justo cuando estaba por cerrar mi laptop, que vi el correo.

De: Mina M.
Para: Kim _____
Asunto: Solicitud de Clases Privadas Nocturnas

Hola, soy Mina de Twice. Estoy buscando una forma de reconectar con el ballet en un espacio seguro y privado. Me recomendaron tu estudio para clases fuera de horarios convencionales. ¿Tienes disponibilidad entre las 10 p.m. y la medianoche?

Gracias de antemano, Mina.

Leí el correo varias veces, algo incrédula. ¿Era posible que la Mina, la famosa integrante de Twice, quisiera tomar clases conmigo? La idea me emocionó, pero también me dejó reflexionando sobre qué habría en el ballet que la trajera de vuelta. Respondí de inmediato, aceptando, y la cité para esa misma noche.

Mientras esperaba, me dediqué a preparar el estudio. Ajusté la calefacción para mantener los músculos cálidos, coloqué algunas velas aromáticas en las esquinas, y revisé el equipo de sonido. Quería que todo fuera perfecto.

A las 10 p.m., el timbre del estudio sonó. Me dirigí hacia la puerta y, al abrirla, encontré a una figura que, a pesar de su gorra y mascarilla, era inconfundible. Mina entró en silencio, con movimientos cautelosos, como si temiera ser vista.

—Pasa, estás a salvo aquí —dije, tratando de romper el hielo—Nadie viene a esta hora.

—¿Estás segura? —preguntó en voz baja, mirando hacia atrás una última vez antes de que cerrara la puerta.

—Completamente. Este es un espacio seguro.

Mina asintió, ajustándose la bufanda mientras miraba a su alrededor, observando cada rincón del estudio con una mezcla de nostalgia y nerviosismo.

—Gracias, Kim _____ ... ¿es tu nombre, verdad?

—Sí, Kim _____. Puedes llamarme ____, si prefieres. —Sonreí, tratando de darle confianza—¿Puedo preguntarte qué te trajo aquí, Mina?

Ella miró al suelo y luego a sus propias manos, como si buscara las palabras adecuadas.

—Es complicado... —murmuró—Cuando era pequeña, el ballet era lo único que me hacía sentir en paz. Y ahora... —se detuvo, mordiendo su labio inferior— es algo que creo que podría ayudarme otra vez. Pero me cuesta.

—¿Qué es lo que más extrañas del ballet? —pregunté suavemente, mientras la guiaba hacia la barra.

—La libertad —respondió casi sin pensarlo—Esa sensación de que nada más importa cuando estás bailando. Que solo existes tú y el movimiento.

FEEL SPECIAL  [Mina x tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora