Dudas

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El día de mi cumpleaños, el 14 de marzo, Rubén se acercó y me llevó a pasear. Me compró un helado, un gesto que, aunque sencillo, me llenó de alegría. Pero lo que realmente me dejó sin palabras fue el regalo que me dio: una carta hecha a mano y un frasco lleno de notitas. Tal vez no eran cosas lujosas, pero al ver la emoción en sus ojos mientras me lo entregaba, supe que lo que me daba era mucho más que un simple regalo. En ese momento, sentí que lo tenía todo: una familia completa, buenos amigos y un novio tan encantador.

Aun así, mis inseguridades salieron había veces en que me sentía inquieta al hablar con él. Lo veía como alguien inalcanzable, y a menudo me preguntaba si realmente merecía su atención. Recuerdo que Rubén me confesó que pensaba que el me caía mal porque a veces lo miraba de forma seria y no lo trataba bien. Es curioso reflexionar sobre esos días en que le mostraba indiferencia, mientras ahora es lo mas hermoso que paso. Sin embargo, si soy sincero, había momentos en los que mis sentimientos se tambaleaban, entre si lo queria o no.

Soltar-RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora