La 8ª miembro de BTS

10ª Parte

- ¡No no, ayuda me dió un tirón en la pierna! - Grité sin control hasta el punto de caerme al suelo.

- Tranquila, mujer no te morirás por eso - Jin se acercó riéndose de la situación - Déjame ayudarte.

- ¡Ahh, duele mucho!.

- Vaya, esto no es un simple tirón. Creo que te tienen que amputar la pierna - Dijo preocupado mientras se acariciaba el mentón.

- ¡¿Qué?!.

Mi cara era un cuadro en ese momento, estaba asustada y preocupada por mi querida pierna. Mil pensamientos se pasaron por mi cabeza, incluso pensé que me estaba muriendo o que tenía una enfermedad grave. Inconscientemente mis lágrimas salían sin control pero de repente escucho risas por toda la sala, los miré a todos muy confundida.

- Jin está bromeando contigo ¿por qué sigues creyéndole? Tantos años juntos y aún no aprendes - Jimin me abrazó intentando consolarme.

- ¿Por qué es malo conmigo? Solo por ser la pequeña se rie de mi... - Jimin, ante esa respuesta puso sus manos en mi cara y me miró con detalle.

- ¿Acaso estás en tus días? - Asentí con la cabeza y me oculté en su pecho - Voy a matar a Jin, lo juro - Reí por eso.

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Me encontraba tumbada en el sofá de mi casa, agotada y exhausta después de una larga semana de trabajo. Agradecía tanto tener a mi madre conmigo en estos momentos, había venido a Corea unos días a visitarme ya que habían pasado largos meses desde la última vez que la vi.

- Hija, llevas casi dos horas tirada en el sofá ¿estás bien? - Me tocó suavemente la frente para ver si tenía fiebre.

- Quiero levantarme pero mi cuerpo no responde.

- Oh, mi bebé... te estás esforzando mucho - Acarició mis mejillas y las besó varias veces, yo reí por ese acto.

- Ahh, me haces cosquillas, mamá.

- Echaba de menos tus mofletes gorditos - Eso lo dijo como si estuviera hablando con un bebé - Pero aún no me has contado sobre tu novio, no te creas que me he olvidado.

Al decir eso me levanté de golpe, se me había olvidado un pequeño detalle, Mingyu estaba por venir a mi casa ya que coincidimos en tener tiempo libre hoy.

- Se me olvidaba... él va a... venir a cenar - Tartamudeé de los nervios.

- ¿Enserio lo voy a conocer hoy? ¡Qué ilusión! - Saltó de alegría lo que eso me puso más nerviosa.

Seguramente os preguntareis porqué me puse nerviosa de repente, pues resulta que ellos dos se conocen evidentemente por mi hermano ya que están en el mismo grupo y muchas veces hablaron por llamada, pero nunca llegaron a verse en persona.

Me preocupa en lo que pensará mi madre después de darse cuenta de que su yerno es el amigo de su hijo. Para algunas madres puede ser un poco raro, es evidente y por eso mismo estaba muy nerviosa.

Ella no es la típica de seguir las noticias, rumores o polémicas que surgen relacionados con el entretenimiento aquí en Corea, por ese mismo motivo nunca se enteró que Mingyu es mi pareja.

En cuanto él llegó, ella quedó extrañada, nos miraba a los dos muy confundida.

- ¿Mingyu? ¿Qué haces aquí?.

- Hola, suegra. Qué gusto poder verla - Dijo éste amable y con una sonrisa de oreja a oreja le extendió un ramo de flores.

- Siento no habértelo dicho antes, mamá pero no sabía cómo ibas a reaccio... - Inmediatamente fui interrumpida por ella.

- ¿Cómo no lo había sospechado antes? ¿Acaso os presentó Dino? Aver, cuéntenme como surgió el romance entre ustedes, tortolitos.

Porfin pude respirar con tranquilidad, menos mal que tengo una madre liberal y que se toma todo con seriedad y total emoción.

La noche fue larga, le contamos todo lo que quiso saber acerca de nosotros, obviamente saltándonos algunos detalles obvios pero aún así ella aprobaba la relación y esperaba que la próxima noticia sea que nos íbamos a casar.

Era muy precipitado para nosotros debido a nuestra corta edad y porque aún no disfrutamos lo suficiente de la relación como para dar el gran paso. Pero lo deseaba más que a nada en este mundo, casarme con el amor de mi vida y formar una familia juntos.