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Con una pequeña manta en el piso, acompañada de cojines, ambos chicos descansaban con su espalda recostada en el sillón y sus piernas completamente extendidas bajo el mesón que soportaba sin mucho esfuerzo la computadora que ahora reproducía “¿Y d...

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Con una pequeña manta en el piso, acompañada de cojines, ambos chicos descansaban con su espalda recostada en el sillón y sus piernas completamente extendidas bajo el mesón que soportaba sin mucho esfuerzo la computadora que ahora reproducía “¿Y donde están las rubias?” la película fue escogida por los dos, pues en cuanto se metieron a Netflix salió en recomendados y a ambos les pareció estupenda idea verla.

Su cómoda velada ahora era acompañada de un poco de sopa instantánea y varias golosinas, al parecer, aunque sabía como hacerlo, Felix no tenía muchas ganas de cocinar, y Hyunjin apenas y sabía como prender una estufa. La película se escuchaba muy bajita gracias a la lluvia que resonaba por todo el lugar. No parecía querer acabar, y agradecía no haberse tenido que quedar afuera.

Felix de vez en cuando agarraba un par de papitas o comía de su sopa, sin embargo, prefería prestarle más atención a lo que se proyectaba en la pantalla que a saciar su hambre. Él, por su parte, solo tomaba un poco y lo disfrutaba, pues no era del todo cómodo comer sin parar  unos alimentos en los cuales no invirtió un solo peso, así que dejaría que se acaben de a poco y no por su culpa.

Las escenas que faltaban por pasar todavía eran un poco más de la mitad, y aunque de verdad le estaba interesando, poco a poco Felix terminó durmiendo sin poder evitarlo, cayendo en cuestión de segundos sobre su hombro. La repentina acción lo dejó congelado, ahora ya no podía moverse por temor a despertarlo e interrumpir el sueño al que tanto le había costado entrar gracias al constante escándalo del cachorro, que por cierto, ahora estaba también dormido en una camita no muy lejos de ellos.

Con ambos inquilinos de la casa dormidos, no le quedaba mucho más que quedarse en su lugar y continuar viendo la película hasta que esta culmine y tener esperanzas de que Felix se despierte para poner otra, o si la lluvia había acabado, despedirse de él. La cita, el baile, y la pasarela habían pasado, pero Felix seguía todavía muy dormido y ahora más acomodado en su cuerpo, usándolo como una especie de almohada o peluche; no se quejaba, pues no tenía porque hacerlo, él le gustaba mucho, y si en un futuro tenía la oportunidad, adaptaría a esa su posición favorita, una donde Felix lo usaba como zona cómoda y segura, y si no llegaba a pasar nada, atesoraría aquello en sus recuerdos.

No tenía prisa por irse, y la lluvia apenas y era apreciable, pero, sus planes y sus pensamientos fueron interrumpidos por el constante chillido que se comenzó a escuchar por el lado del pecoso. Eran muy agudos y casi lastimeros, aunque solo se trataba de Pingüi que tenía hambre. Casi batallando, vio como se despertó y con los ojos ligeramente cerrados, se levantó de su pequeña burbuja de paz y caminó hasta la cocina para llenar el tazón de croquetas y un poco de agua.

—Perdón, no quería dormirme, pero fue inevitable—Agotado, habló con esfuerzos, luchando con su lengua que se enredaba en su propia boca. Se notaba su cansancio, pero para ser sinceros, el también quería que se despertara, pues su trasero ya estaba muy entumecido.

—No te preocupes, ya sabia que estabas cansado, así que  no fue sorpresa que de la nada ya no tenias los ojos abiertos—Restó importancia y le dio una pequeña sonrisa, a la par que se paraba del suelo y tomaba al cachorro entre sus brazos para caminar hasta su lado—Ahora entiendo un poquito por lo que pasas, sus chillidos son muy fuertes, no me imagino como lo son en plena madrugada.

—Es un poquito cansado, pero todo se recompensa cuando recibo su cariño. Supongo que así son las cosas, haces sin esperar nada a cambio, y terminar recibiendo la mejor parte. Para mi, eso es más que suficiente—Con cuidado, tomó al perrito en sus brazos, dejándolo a los segundos en el suelo frente a su plato de comida, el cual no dudó en devorar—En fin, ¿tienes algo que hacer, o te quedas a comer? Estoy a punto de encargar algo, me muero de hambre.

Vio como el teléfono reposaba en su mano, paciente por esperar una respuesta, la cual, al final, fue positiva. El también tenía hambre, y un poco de comida no le vendría mal.

Con una pizza encargada, y ya la lluvia terminada, se recostaron nuevamente en el suelo, jugando a pasarse una pequeña pelotita de un lado al otro para que Pingüi fuera detrás de ella. Los pequeños ladridos del perrito resonaban entre las paredes, llenos de alegría, muy diferentes a los primeros con los que lo encontró. Ver la evolución del mismo calentaba su corazón, y ahora estaba tan feliz de que encontrara un buen hogar al lado de Felix, y que gracias a ello él es parte de su vida.

—Oye, Felix, cuándo fuiste al veterinario ¿no te dijeron que raza era?—Preguntó curioso, él ya tenía una idea al ver su tamaño, su pelo un poco largo y suavecito y sus bonitas manchas cafés en su pelaje blanco.

—Es una cruza de Jack Russell Terrier, con no sé qué, aunque la genética del Terrier fue más fuerte, por eso es que no cambio mucho—Y él estaba completamente de acuerdo, la perrita que vio hace un tiempo, aunque estaba llena de lodo, suciedad y un poco de aquel liquido rojo perturbador, era muy similar a ese tipo de perro, que no se extrañaba si es que sí lo era.

—Entonces,  siempre será un pequeño bastante inquieto—Bromeó al recordar que aquella raza se caracterizaba por jugar y cavar. Pobre de Felix si decidía tener plantas.

—Es lo que pienso, aunque espero que no tanto, porque últimamente tiene más energía que yo—El pequeño, muy aparte de su conversación, fue y se recostó en las piernas de Hyunjin, ya arto de que se aventaran la pelota entre ellos y no se la dejaran para el sólito.

—Cada vez reiteró que te adora, siempre que estás con nosotros nunca se te despega—Le regaló una gran sonrisa que calentó su corazón y mejillas, avergonzado por recibir tal muestra de cariño linda y encantadora—Espera, necesito tomarles una foto, se ven adorables—Sin esperar una respuesta, sacó su celular y se paró para sacar la imagen en un mejor ángulo, soltando un gran chillido de ternura una vez que comprobó la foto. Era perfecto—Definitivamente se ven excelentes juntos.

Y Hyunjin pensaba lo mismo, aunque no de la misma manera. A su imaginación, los tres podrían simular aquella linda familia que sólo descansaba en su mente. Si Felix le correspondiera en algún futuro, serían los mejores padres para Pingüi, aunque era soñar demasiado.

Cuando llegó su pizza, ambos comieron mientras platicaban ligeramente sobre el pasado, como Felix decidió dejar todo atrás, sus amigos, su casa, sus mascotas, toda su familia y lugar seguro para llegar a más y aspirar a tener mejor educación y oportunidades de vida, y lo admiraba, porque no tenía asegurado nada, y lo sabía, pero tampoco le gustaría quedarse con las ganas.

Se conocían de a poco y tomaban confianza entre rebanada y rebanada, soltando aquello que no habían podido en un tiempo. Felix comenzaba a sentir que estaba encontrando a un buen amigo, a alguien a quien acudir cuando se sentía mal, y también a quien proteger. Y Hyunjin solo podía expandir ese crush por él, aquel amor platónico que poco a poco crecía sin parar, queriendo arriesgarlo todo y enamorarlo. Porque además de su actitud, belleza y pensamientos, sus planes a futuro demostraban la persona temeraria que era, y eso solo subía su atractivo mucho más.

Jixia 🐥💌

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Jixia 🐥💌

little paws and freckles  [HYUNLIX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora