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Esa mañana, a las 6:30 a

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Esa mañana, a las 6:30 a.m. Hyunjin ya esperaba paciente a que Felix saliera, había marcado a su teléfono hace aproximadamente dos minutos, y seguramente no tardaba en hacer acto de presencia. Esa mañana se había levantado más temprano de lo normal, impaciente y preocupado por llegar puntual y no retrasarlos a ambos, aunque fuera él quien empezaría con la jornada de estudios.

A poco tiempo de que le avisó que estaba allí, lo vio salir con un bonito vestuario en colores cafés. Salía apurado de casa, cerrando la puerta con dificultad por tener el perro en su otra mano, pero cuando había armado valor para salir y ayudarle, ya estaba por un lado esperando a que le quitará el seguro a las puertas de su auto y así poder pasar.

Se sentó justo en el lado del copiloto, poniendo a Pingüi en sus piernas, agarrándolo del bonito collar café que llevaba puesto, para así, evitar que se pasara a su asiento y causará un accidente a media carretera, aunque fuera muy chiquito para siquiera mover sus manos.

Dicho collar, al parecer, hacia juego con su camisa, ambos de un café chocolatoso y opaco. Y eso es algo que pasaba de forma recurrente. Siempre iban combinados, si Felix usaba un color, el perrito traía el mismo.

Tenía la radio a un volumen apenas escuchable, donde se podía apreciar a una señorita dando todos los hechos sucedidos el día anterior. El bonito ronroneo del carro se escuchó, y con los cinturones puestos tomaron rumbo a su siguiente destino. Era hora de empezar sus clases acompañados de su peludito amigo.

Tardaron como mucho media hora en llegar, y ese pequeño tiempo fue suficiente para que Pingüi se quedara dormido en las piernas de Felix y así no los molestara en el viaje. Lo que lo hizo un poco más incómodo, ¿qué más podía hacer que acariciar su cabecita? No tenía idea de como iniciar una conversación.

Sin saber que decir, o si era prudente solo salir y dejarlo ahí en el vehículo, se quedó un tiempo en silencio hasta que las palabras salieron solas de su boca.

—Supongo que me quedaré en la cafetería en lo que tu tienes tu primeras dos clases, ahí intercambiaremos, ¿está bien?

—Me parece bien—Dejando que Felix tomara su camino, el siguió el propio hasta su salón, donde dos horas de clase les esperaban. Le gustaba el tipo de carrera que escogió, pues robótica computacional era algo que le agradaba demasiado, sin embargo, lo que tenía a primera hora era calculo integral, y odiaba tener que usar tanto su cabeza.

La voz del maestro le daba sueño, y trataba con todas sus fuerzas de entender todas la fórmulas que usaba, aunque era una misión casi imposible cuando el docente parecía estar leyendo un cuento para dormir. ¿Cuánto faltaba para acabar e ir rápido con Felix y Pingüi?

Por su lado, Felix comía relajado una porción de Pan dulce sentado en una banca. Pingüi, por su lado, descansaba dormido en sus pies, disfrutando las caricias que le daban en todo su torso.

Miraba su teléfono buscando algo en que entretenerse, pasaba las historias picando una por una deteniéndose solo en las interesantes, y no había muchas de este tipo, no hasta que llegó al perfil de Hyunjin. Hace un par de días se habían comenzado a seguir, y sinceramente ninguno solía publicar con frecuencia, por lo que le sorprendió que hace apenas una hora subiera una, y más porque era una de él con Pingüi en sus piernas, ambos sentados en el asiento del copiloto.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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