Kushina llevo sus manos a su rostro una vez más, le era imposible controlar su llanto, no podía con el dolor de saber la desaparición de su hijo, mucho menos la de su pequeño nieto. Estaban en la estación de policía esperando respuestas, en definitiva eran las perores horas de toda su vida, sentía una incertidumbre agobiante, habían esperado una llamada para exigir rescate, pero nada.
—¿Señor Uzumaki?
—Si
—Por favor venga con nosotros. –ella se incorporó, rápidamente Minato la tranquilizo pidiéndole que lo esperara ahí. No muy convencida tomo asiento mientras la señora Shijo la abrazaba.
Minato ingreso a la oficina del comandante policiaco.
—Tome asiento señor. –el hizo lo propio mientras los policías sacaban documentos. —Recabado con lo que usted y su esposa atestiguaron, y con la evidencia encontrada en la casa de su hijo, además de las cámaras de seguridad de los establecimientos por donde fue visto su hijo por última vez...
—Señor Uzumaki, quien se llevó a su nieto es la misma persona que se llevó a su hijo. –interrumpió otro policía.
—¿Qué está diciendo? No lo entiendo, mi hijo no tiene enemigos, mucho menos nosotros, no somos personas conflictivas, nunca...
—Los sucesos fueron el mismo día con una hora de diferencia. La puerta de la casa no fue forzada, lo que da entender que la occisa, la señora Hozuki conocía a la persona, tal vez...
—Si esta insinuando que Hanna tuvo algo que ver deje decirle que eso es falso, Hanna amaba a Boruto, nunca se atrevería a hacer algo que lo dañara, tenía afecto hacia mi hijo, ella era una persona...
—Por favor señor Uzumaki déjenos continuar. Hemos tenido que hacer algunas llamadas a Estados Unidos...
—¿Estados Unidos? ¿Por qué? –instintivamente sonó perturbado.
—En las casi setenta y un horas que han pasado hemos revisado a profundidad, faltan elementos como ropa y accesorios del bebe. Un secuestrador no se tomaría tales atribuciones. Esto es algo más. Además de que en un biberón quedaron unas huellas.
—¿Huellas? Eso quiere decir que pueden dar con la persona. –expreso trémulo —¿Saben quién se llevó a mi nieto?
Los policías se miraron dudosos, no sabían si debían compartir tal respuesta. Con cada segundo de silencio la desesperación era evidente en el rostro de Minato.
—Hay un problema con eso, las huellas pertenecen a una persona. A una persona con registro de defunción.
—¿Qué? - uno de los oficiales se rasco la cabeza y se dirigió a Minato no muy feliz.
—La persona que se llevó a su nieto... está muerta.
Minato se quedó pasmado, no sabía que responder, parecía un mal chiste, no era algo coherente. El pasar de las horas no ayudaba.
Sentían una impotencia infinita mientras pensaban en todo lo que podrían estar pasando Naruto y Boruto, temieron lo peor. Y el pasar de los días solo declinó su alma.
Todo empeoro cuando fueron llamados nuevamente a la estación de policía, esta vez fueron recibidos por otros agentes, a los cuales ya habían visto en una ocasión pasada.
Y verlos no fue nada agradable.
—¿Qué está pasando? –pregunto Kushina con un hilo de voz. —P-perdón pero no entiendo que hace usted aquí. Y usted.
—Buena tarde señores Uzumaki, es necesario que tomen asiento. –tanto Minato como Kushina escucharon sin interrumpir ni una sola vez, no fue hasta que el comandante Hatake extendió algunas fotos.

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LYCORIS O
TerrorCuando el amor obsesivo se dispara, nada parece detenerlo. El sentido común, la farmacoterapia, la terapia electroconpulsiva, los médium, la regresión y la hipnosis fracasan al unísono. Ni magia ni terapia. La adicción afectiva es el peor de...