Epílogo

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Chifuyu 

Rosas. 

Olí rosas. 

¿Por qué olí a rosas? 

Abrí los ojos y me encontré mirando hacia un techo mucho más limpio que el último que había mirado. 

Sin telarañas. 

Un destello rojo me llamó la atención y me volví para ver un gran ramo de rosas rojas en una mesa junto a mi cama. Bueno, eso explica por qué las olí. 

Giré mi cabeza en la otra dirección y encontré una vista más hermosa que un ramo de rosas.

—Hola.

El hombre alto que estaba en la ventana se volvió para mirarme. Una amplia sonrisa se extendió por sus labios mientras caminaba hacia el lado de la cama.

—Hola, ¿cómo te sientes?

—Confuso.

—¿Acerca de?

—¿Por qué estoy en el hospital de nuevo?

Baji frunció el ceño.

—¿No recuerdas que te dispararon?

Mis ojos se agrandaron.

—¿Me dispararon?

—Sí, ayer en tu casa de piedra rojiza. Jenkins y ese tipo con el tatuaje de araña te atacaron a ti y a Koko y…

¡Mierda! 

Los acontecimientos en mi casa de piedra rojiza me golpearon con más fuerza que la bala. 

—¿Estoy bien?

—Lo estás. —La sonrisa de Baji se debilitó y sus ojos se oscurecieron. —Te golpearon en el hombro con lo que ellos llaman un de un lado a otro, lo que significa que la bala te atravesó directamente. El médico tuvo que coserte y necesitaste una transfusión de sangre. También hice que un cirujano plástico viniera a echarle un vistazo a tu herida, y dice que casi no quedará ninguna cicatriz. 

No estaba preocupado por una cicatriz. 

—Pero, ¿voy a estar bien?

—Sí, amor, vas a estar bien.

—¿Koko está bien?

Recordaba vagamente algo sobre un chaleco, pero tenía que estar seguro. 

Baji volvió a sonreír.

—Está bien. Está afuera si quieres verlo. 

—No. —Tomé la mano de Baji cuando parecía que iba a darse la vuelta. Había círculos oscuros alrededor de los ojos de Baji que me preocuparon. Eso encajaba perfectamente con las nuevas arrugas que podía ver en las esquinas de sus ojos.

—¿Cómo estás?

—Mejor ahora que estás despierto.

—¿Qué pasó con Jenkins y el tipo de la pistola?

—Ambos fueron despachados, Fuyu. Nunca más podrán hacerte daño. —Baji me apretó la mano. —Y no te preocupes, la policía ya lo ha calificado de tiroteo justificable, así que no estamos en problemas. 

Ni siquiera lo había considerado, pero debería haberlo hecho. 

—Mató a su padre. 

Baji asintió.

—La policía encontró el cuerpo cuando fueron a hablar con el Jenkins mayor. 

—Quería recuperar la compañía de su padre. Parecía creer que sería tu palabra contra la suya si acudías a la policía después de devolvérsela. 

Billonario ; BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora