Baji
-¿Alguna idea de lo que quieres hacer con tu casa de piedra rojiza?
Fuyu se volvió lentamente para mirarme.
-¿Mi casa de piedra rojiza?
Me encogí de hombros.
-Tenía la esperanza de que te mudaras conmigo.
Las personas casadas vivían juntas.
-No me gusta tu ático, Baji. Lo sabes.
-Sí, pero es donde realmente tenemos que estar-. Hice una mueca cuando los ojos de Fuyu se nublaron. -Estaba pensando que tal vez podrías redecorarlo y hacer que se parezca más a tu casa de piedra rojiza.
Las cejas de Fuyu se arquearon.
-¿Me dejarías redecorar tu ático?
-Nuestro ático, y sí, me gustaría. Me gusta mucho más tu casa, pero como dije, realmente necesitamos estar en el ático. Además del hecho de que está más cerca del trabajo, es más seguro-.
Odiaba traer esta parte a la armonía que se había establecido entre nosotros. -Ahora eres un hombre muy rico y estás comprometido con un hombre muy rico. Tienes que pensar en tu seguridad.Los hombros de Fuyu se hundieron.
-Lo siento.
-No.
-Fuyu negó con la cabeza. -Debería haberlo considerado. Supongo que no pensé en cómo todo esto iba a cambiar mi vida.
-Si pudiéramos vivir en la casa de piedra rojiza, lo haríamos.
-Lo sé. -El labio inferior de Fuyu se deslizó. -Me encanta mi casa de piedra rojiza.
Me senté en la cama junto a Fuyu y envolví un brazo alrededor de su cintura.
-No tenemos que deshacernos de ella, ya sabes. Podemos usarla como nuestro escondite del mundo cuando las cosas se vuelven demasiado locas.
-¿Sí?
-Solo tengo que hacer que Koko se encargue de la seguridad.
-Pensé que ya lo hizo.
Me encogí de hombros.
-Un mejor sistema de seguridad.
Fuyu gimió y se dejó caer sobre el colchón.
-Este asunto de seguridad me va a volver loco. Lo sabes, ¿verdad?
Me estiré junto a Fuyu y jugueteé con el cuello de su camisa.
Lo prefería más desnudo.
-Lo sé, pero es algo a lo que te acostumbrarás. No es tan malo, de verdad. Simplemente tienes esta sombra que te sigue a todas partes.
Fuyu se disparó tan rápido que casi me golpea en la cabeza.
-¿Koko está aquí?
-Sí. -Estaba aquí. ¿Dónde más estaría?
La cara de Fuyu se sonrojó.
-¿Ha estado aquí todo este tiempo?
Me reí.
-Sabes que no voy a ningún lado sin él.
-¿Dónde está él?
-Me imagino que está en el porche delantero-. De todos modos, ese fue el último lugar donde lo vi.
Conociendo a Koko, había caminado por todo el perímetro de la propiedad y evaluado los posibles problemas de seguridad. Estaba seguro de que para cuando lo volviera a ver, tendría un plan de seguridad en mente para este lugar.