Capítulo 2

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Ella lo mira y se levanta para luego abrazarlo. Entonces, se pone a llorar a moco tendido porque le vino un recuerdo al sentir el aura de dicho hombre. Un señor mayor que iba mucho a la aldea.

—Ha tenido que ser todo muy duro—le acaricia la cabeza mientras la niña llora—Pero ya ha pasado todo—.

Al cabo de varias horas, Vera se calma y se quita las lágrimas de los ojos y le cuenta todo lo que le dijo su bisabuela y como obedeció hasta que cruzó las montañas.

—Tuve que quemar todos los ojos de mi familia, mis amigos...de todos—dice entre lágrimas—No entiendo por qué...¿Por qué han muerto? ¿Por qué? Me he quedado sola...—.

Vuelve a romper el llanto e Isaac Netero observa a la pequeña Vera con una expresión serena y comprensiva. Su voz, aunque calmada, lleva un peso de sabiduría que solo alguien que ha visto tanto del mundo podría transmitir.

—La vida, Vera-chan— dice con una pausa reflexiva—Es una danza eterna entre la tragedia y la perseverancia. Hoy estás aquí, sola y lastimada... pero cada paso que des, cada respiro que tomes, será el eco de todos aquellos que vinieron antes de ti—.

Netero se arrodilla, tomando con gentileza las manos de Vera y mirándola a los ojos con una calidez inusual en él.

—Ahora eres la última Ophira—le dice suavemente—pero no eres solo una sobreviviente. Eres el legado de tu clan, su voluntad en este mundo. Tienes el poder de decidir si cargarás este dolor como una carga... o lo transformarás en una fuerza que te empuje adelante—.

Después de un breve silencio, sonríe con un brillo en sus ojos que refleja tanto compasión como admiración.

—La vida puede parecer cruel, Vera-chan, pero recuerda: tú eres libre de elegir cómo enfrentarte a ella. ¿Quieres vivir en la oscuridad de esta pérdida? O...— Netero agrega mientras se incorpora con los ojos clavados en el horizonte—¿Prefieres encender una luz que guíe a otros, cómo tu clan guió a muchos?—.

La pequeña se quita las lágrimas y sorbe los mocos pero sigue cayendo más sin parar.

—Señor Cazador—Ophira mira a Isaac Netero—¿Podemos ir a la aldea? Quiero...quiero al menos quemar los cuerpos—.

—Claro...—Netero se levanta y la pequeña lo sigue.

—Tu nen es muy fuerte, ¿Cuál es tu nombre?—pregunta y Netero se gira y ve los ojos activos en Vera y sonríe viendo que tiene buen control.

—Isaac Netero—.

Vera lo sigue y esta vez, el viaje tarda menos y llegan a los restos de la aldea del Clan Ophira.

—Es una pena que haya llegado tarde. Bri-chan ya me dijo que no llegaría a tiempo—Netero indica y camina por la aldea donde hay cuerpos sin vida del clan, desde bebés, pasando por niños, adultos y señores mayores.

—¿P-por qué? ¿Por qué quisieron hacer esto?—pregunta Vera a Netero mientras le agarra con fuerza.

—Por vuestros ojos...desde hace meses, los hunter del clan Ophira estaban apareciendo muertos sin ojos...—Netero indica con un poco de tono triste en su voz—Cuando todos los hunter fueron asesinados, nos preocupamos por la aldea y nada más recibir la carta de Bri-chan Salí lo más rápido posible...pero no llegué a tiempo—.

—¿Por qué nuestros ojos?—.

—Porque gracias a vuestros ojos tenéis un Nen muy especial y mucha gente lo codicia. Aunque...otros lo quieren por la belleza de los ojos—Netero indica mostrando un poco de enfado—Creen que si tienes ojos del clan Ophira...puedes tener un nen mucho más poderoso, pero en verdad...pierden su uso ya que en verdad, las habilidades os viene por genética, no por ojos. Seguramente se venderán como joyas—.

La cazadora con los ojos de zafiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora