𝑴𝑰 𝑳𝑬𝑮𝑨𝑫𝑶 𝟐 | Después de que Dean Winchester haya ido al infierno dejando a su pequeña hija al cuidado de las personas que confía él. Es revivido por un espíritu religioso.
Libro 2/5
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Capítulo Once: Un malentendido.
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—GRACIAS A DIOS–DIJO AQUELLA MUJER CUANDO EL CAZADOR empezó abrir los ojos estando aún en el piso, la gente estaba su alrededor algo apartados—. Cálmate. Vas a estar bien.
—Estrellas–dijo aún desorientado.
—¿Qué?
Dean se levantó entre quejidos, la mujer que estaba frente a él se disculpaba por haberlo atropellado. La misma que llevaba aretes con estrellas. Vio igual la camioneta por la que fue atropellado.
—Carrie ¿dónde está Carrie?–preguntó pero su hija se mantenía al lado de una niña. La misma hija de la rubia que lo atropelló. Empezó a disculparse entre risas por lo que ambas niñas le pegaron en la cara.
—Creo que también su hija está pasando por la etapa de doctora–sonrió la mujer.
—¿De qué habla?
—Ya estás mejor–afirmó la hija de la rubia.
—Mira papi, mi nueva amiga me regaló estas curitas–habló con emoción Carrie mostrándolas e igual señaló la que tenía en su frente.
El Winchester notó las curitas de flores rosadas en su cara. Sin embargo, maldijo cuando vió el Impala de atrás sin vidrio. Se puso de pie y caminó junto con Carrie hacia el auto, para verse en el reflejo de la ventana las curitas que tenía pegadas.
—No. Te vas a enfermar–le quiso negar Carrie.
—Carrie, estoy bien. Mira–se quitó un curita para mostrarle a su hija que no tenía herida.
Se dispuso en poner aquella lona en la parte trasera donde antes había vidrio, sentó a Carrie en la silla con sus nuevas curitas que se ponía en sus manos. Y puso marcha con molestia hacia la casa de Chuck.
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El escritor cuando llegó a su casa, supo de la presencia de Dean y Carrie Winchester, esperándolo.
