𝑴𝑰 𝑳𝑬𝑮𝑨𝑫𝑶 𝟐 | Después de que Dean Winchester haya ido al infierno dejando a su pequeña hija al cuidado de las personas que confía él. Es revivido por un espíritu religioso.
Libro 2/5
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Capítulo Cinco : Un pueblo extraño.
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CUANDO DANIELLA LE COMENTÓ A SAM Y A DEAN SOBRE ELLERY y el asunto sobre que unos demonios las acosaron para que les entregara a Carrie. Ambos no sabían el por qué esos demoniacos querían a la niña pero Dean no lo iba a permitir.
E igual estaban en un delirio cuando también les informó que ese ángel dijo que Carrie tiene sangre especial. Aunque eso se podría ya saber, en el momento que tuvo su primera herida y horas después se sanó sin cicatriz. Todo fue cuando Azazel le ordenó a su hija Meg en que le diera de su sangre a Genevieve en el tiempo que estaba embarazada.
Por esa razón, con la sangre de Carrie fue abierta la puerta al infierno.
Esta tarde, Carrie se hallaba con ellos ya que Daniella tuvo asuntos pendientes por lo que no podía cuidarla.
Ahora la menor se negaba en comer la comida que le quería dar Dean, pues Sam mencionó que debía comer también cosas saludables. Pero se negaba en querer masticarlo.
—Vamos, Carrie. Debes comer–le dijo Dean al tener la cuchara con la comida cerca de los labios de su hija.
—No quiero–de un movimiento apartó el utensilio que tenía frente a ella. Dean miró molesto a su hermano por hacerlo batallar pero éste se encogió de hombros.
—Dean, no puede vivir comiendo chatarra toda su vida–le dijo Sam.
—Yo lo hago–dijo irónico. Pero Sam negó y le dio la mirada que volviera a intentarlo. Dean frustró y llenó la cuchara para que Carrie comiera–. Carrie, come, mira. Está rico–fingió saborearlo. La pequeña lo miró pero seguía negándose–. ¿Si yo como tú lo haces?–ella asintió con la cabeza.
Dean miró la cuchara y la metió a su boca. Trató de no hacer muecas de desagrado frente a su hija. Pues para él le sabía horrible, Sam como Carrie lo miraban atentos.
—¿Está rico?–le preguntó Sam queriéndose reír.
—Cállate–le ordenó al pasarse el bocado intentando no vomitar. Miró a Carrie sonriéndole–. Ahora tú.