Ethan Montgomery
Era una de esas noches en las que regresar a casa debería haber sido un alivio, el escape necesario después de un caso largo y agotador. Pero esta vez, algo se sentía distinto. Cuando entré al departamento, Spencer estaba ahí, en el sillón, como siempre, con un libro en las manos y la luz tenue de la lámpara de pie iluminando su figura. Desde la puerta, lo observé un momento. A simple vista parecía estar bien, pero noté cómo mantenía la vista fija en una misma página, como si realmente no estuviera leyendo.
-Hola -dije, cerrando la puerta detrás de mí. Mis palabras parecieron caer como piedras en el silencio.
Él levantó la mirada y me dedicó una sonrisa rápida, breve, una que desapareció en cuanto la dirigió hacia mí. Luego volvió a su libro, sus ojos regresando a la página, pero ahora era evidente que no estaba prestando atención.
Algo dentro de mí se tensó. Sabía que Spencer podía perderse en sus pensamientos, pero este silencio era diferente. Era como si estuviera en otro lugar, y no el lugar seguro y cómodo al que solía ir cuando se concentraba en su lectura. Este era un vacío... uno frío y desconocido.
-¿Todo bien? -intenté, acercándome lentamente. Me senté a su lado, esperando que me mirara, que me hablara, que me diera una señal de que era él, mi Spencer, el que estaba ahí, no esta figura perdida que se había apoderado de él.
Asintió, pero su respuesta fue vaga, tan solo un murmuro que apenas pude escuchar.
-Sí... sí, todo bien.
Silencio de nuevo. Quise preguntar más, pero el peso en el ambiente me detuvo. Era como si cualquier palabra que pudiera decir amenazara con hacer añicos esa paz frágil que se había construido entre nosotros. Nos habíamos acostumbrado a los momentos de tranquilidad, esos en los que el simple hecho de estar juntos era suficiente, pero esta vez no era uno de esos momentos. Me sentía... inquieto.
Pasaron unos minutos antes de que finalmente se moviera. Cerró el libro y lo dejó a un lado, suspirando profundamente.
-Lo siento, estoy cansado -dijo, sin mirarme a los ojos.
Asentí, tratando de entenderlo, de descifrar sus palabras. Sabía que los casos podían ser agotadores para él, más aún cuando involucraban temas sensibles. Había aprendido a reconocer esa mirada distante, la que siempre aparecía cuando algo le recordaba su pasado. Pero esta vez, esa distancia era algo distinto. Se sentía como un muro, algo que no estaba ahí antes, como si me estuviera apartando de alguna manera que no podía comprender.
-Quizás... quizás podríamos hablar, si necesitas desahogarte -ofrecí, intentando alcanzar su mano. Pero para mi sorpresa, Spencer la retiró ligeramente, en un movimiento sutil pero claro.
-No es necesario, Ethan. Realmente, estoy bien. Solo fue un día... complicado.
Mi mente empezó a girar en círculos, buscando algo que decir. Tal vez estaba siendo demasiado insistente, demasiado protector. Tal vez él necesitaba espacio y yo estaba sobrepasando los límites. Pero... ¿no era eso lo que hacíamos? Nos cuidábamos mutuamente, nos apoyábamos cuando el peso del trabajo era demasiado. ¿Por qué ahora se mostraba tan reacio?
-Spencer, sabes que estoy aquí para ti, ¿verdad? -insistí, intentando hacer que me mirara a los ojos.
Finalmente, lo hizo. Pero su mirada estaba cargada de algo que no había visto antes: una mezcla de cansancio, quizá incluso resignación.
-Lo sé, Ethan. Pero... también necesitas entender que no siempre tengo una explicación para lo que siento. Hay momentos en los que solo... -hizo una pausa, buscando las palabras correctas-. Solo necesito estar en silencio.
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𝑪𝒐́𝒅𝒊𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 || 𝑴.𝑪
FanfictionEl Dr. Spencer Reid se encuentra en un punto bajo de su vida, lidiando con las secuelas de las experiencias traumáticas que ha acumulado a lo largo de su carrera en el BAU. En medio de su lucha interna, se cruza con un nuevo agente del equipo, Ethan...